Feria 1967/68. Joselito en el centro. A su derecha José Albarrán Troya A su izquierda José Marías Macías |
Publicado en Blog Noticias de San Martín del Tesorillo, el 13 de septiembre de 2014
José Gómez Domínguez, más conocido como Joselito el del Bar, o como “EL
Pollero”, el segundo apodo desconozco por donde le viene ya que según el
diccionario de la Real Academia, pollero equivale a (Persona que tiene por
oficio criar y vender pollos), esa actividad para nada la ha practicado nuestro
protagonista
Lo que ha hecho muy bien y van más de
sesenta años, es trabajar detrás de la barra de un bar. En 1950 su padre junto
con su familia se instalan en Tesorillo, arrendando lo que hoy es el bar El
Amanecer, conocido como Bar Fernando, nombre de pila del padre de José, pronto
muy pronto con apenas diez años José comienza ayudar en el negocio familiar,
tomando cada vez más responsabilidad hasta llegar a regentarlo por completo. A
mediados de los años sesenta ( posiblemente 1966), finaliza el arrendamiento y se traslada a la calle
Real, ya con local propio, donde permanece al día de hoy
Es en ese lugar donde descubro sus
cualidades humanas y profesionales, era todo un espectáculo ver como ese
pequeño gran hombre, atendía a los clientes, llevaba la cocina, plancha
incluida, todo ello a una velocidad de auténtico vértigo, no necesitaba anotar
nada, mentalmente conocía perfectamente lo que habíamos consumido cada uno de
los presentes, sin tener que esperar solo el tiempo prudencial, todo ello con
el local a tope de clientes. Para nada tenía distinción por condición social,
para él todos éramos iguales a todos trataba con la misma cortesía y amabilidad
y nadie podía sentirse discriminado, olvidado o menospreciado, circunstancia no
muy habitual por aquellos entonces.
José cuenta en la actualidad setenta y un año, días pasado estuve en su bar, él
lógicamente está jubilado pero ayuda a su hija, lo encontré detrás de la barra,
su hábitat natural, estuvimos charlando de su trayectoria profesional, de esos
años de juventud cuando devorábamos las ensaladillas rusas acompañadas de cañas
de cerveza, discutíamos de fútbol que era de lo poco que se podía discutir. No
puedo ni debo olvidar que generosamente nos daba crédito cuando la cartera
estaba canina del todo.
Por cierto, su local conserva todavía ese sabor añejo y nostálgico a tasca, donde los presentes están juntos y revueltos, con varias conversaciones a la vez muy distintas entre sí, participando todos en todas, llegando a entenderse perfectamente respirándose un clima de cordialidad y buen ambiente.
Por cierto, su local conserva todavía ese sabor añejo y nostálgico a tasca, donde los presentes están juntos y revueltos, con varias conversaciones a la vez muy distintas entre sí, participando todos en todas, llegando a entenderse perfectamente respirándose un clima de cordialidad y buen ambiente.
Lógicamente ha perdido facultades
físicas, ya no es ese corre caminos encima de la tarima, aunque se encuentra en
muy buena forma, lo que no ha menguado ni un ápice es su calidad y su calidez
como ser humano, mantiene la misma sonrisa, el mismo fino sentido del humor, el
temple de siempre, maneras que a pesar de su baja estatura le hace ser grande,
muy grande.
No estaría mal, que algunos de los actuales propietarios o explotadores de bares, sin señalar a nadie, tomasen nota de nuestro Joselito, tratasen de emularle porque ser cortés, educado y amable no cuesta tanto
No estaría mal, que algunos de los actuales propietarios o explotadores de bares, sin señalar a nadie, tomasen nota de nuestro Joselito, tratasen de emularle porque ser cortés, educado y amable no cuesta tanto
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