Relato aparecido en el Libro de Feria de 2017
Comparezco un año más en este
libro de feria y van cuarenta y dos años
compareciendo. No hace falta decir que tengo una edad y que por
consiguiente he vivido muchas ferias.
Quiero este año evocar
curiosidades, anécdotas, de ferias pasadas. Para no caer en la dificultad de
fijar año, solo les diré que se sitúen, en las décadas de los 60 y 70, aunque
algunas de las historias habrá que situarlas anteriormente.
Por ejemplo la siguiente. ¿Saben
ustedes que en 1951, el baile se celebró en lo que hoy día es la azotea del
antiguo Bar Central?
Por aquel entonces ese local
emblemático estaba en construcción, no se inauguró hasta el año siguiente.
Aprovecharon la terraza para ubicar el baile. Me cuenta un allegado, que los
albañiles que eran de fuera de la localidad se marcharon esos días, asustados
por el riesgo contraído, afortunadamente no pasó nada. No me negaran que peligros
aparte, el lugar privilegiado, en alto y abajo el resto de la feria.
Pero no crean, que no ha sido
el único lugar raro donde ubicar la caseta. A principios de los sesenta, la
caseta se instaló en la Calle Real,
hasta ahí todo normal. Lo que sucedió, que el mismo Jueves de Corpus comenzó a
llover de manera torrencial. Imposible de poder bailar al aire libre. La solución,
traslado al molino arrocero que estaba situado en Plaza Constitución y calle
Túnel, lo que es hoy el bloque de viviendas, con los comercios en su planta
baja. Recuerdo que como escenario, se utilizaron sacos de arroz. El mal tiempo
no fue impedimento.
Otra ubicación un tanto
peculiar, fue el año que el baile oficial lo situaron en el almacén de José
Asenjo, al comienzo de calle las Torres en la confluencia con Plaza
Constitución. El local reunía las
condiciones además de estar techado, cosa que se agradeció por aquel año.
En esa fecha ocurrió un hecho
al menos curioso. Un señor había prestado a la comisión de fiesta un
interruptor para el alumbrado de la caseta. Para lo más mayores, esos de forma
de tridente. Se ve que tuvo sus discrepancias con la comisión, ni chica ni
perezosa, cogió su interruptor y dejo sin luz al baile, cuando estaba en plena
ebullición. Aquello a punto estuvo de causarle un disgusto.
Fue en una feria, cuando vi
actuar por primera vez a una chirigota. Los carnavales estaban prohibidos por
el régimen de Franco, solo los permitía
en Cádiz, pero en el mes de Mayo y bajo la denominación de Fiestas típicas
gaditanas.
A mediados de los sesenta en
La Línea, apareció una agrupación llamada los Faeles. Que encarnaban a unos
seguidores de Raphael. Recuerdo su estribillo “Somos los Faeles y somos famosos. Nuestro delirio son esas chiquillas
que llevan las faldas por encima de las rodillas”. Aquello fue novedoso
totalmente y para los chiquillos algo que ignorábamos que hubiera existido
Pero no todo fue alegre y
jocoso. También existen malos recuerdos. En la feria del 59 o del
60. Un camión atropelló a varias
personas, que se dirigían a la feria desde el Secadero. Hiriendo mortalmente a una niña de corta edad, al
parecer el conductor iba bajo los efectos del alcohol.
O cuando se estrenó un
nuevo aparato, llamado Girasol allá por el 1964 o 65. Era una especie de
voladoras a lo grande. Dotado de cunas
donde cabían cuatro persona. Tesorillo fue el pueblo elegido para su estreno.
Yo fui monaguillo con el padre Menchén en el acto de bendición. La mañana de
Corpus la atracción funcionó perfectamente.
Pero en la tarde, las cunas se desprendieron, hubo heridos,
afortunadamente de poca consideración, pero pudo ocurrir una desgracia mucho mayor. No hace falta decir
que jamás volvió ese aparato a Tesorillo, ignoro si trabajó en otras ferias.
Para ir rematando, decidles
que durante mucho tiempo, convivieron en la feria, varios bailes. El
oficial, el del Bar Central, el baile
por excelencia, que se situaba en el patio de dicho local. Pero es que
cualquier otro bar, de menos enjundia contrataba un acordeón y un batería (por aquellos entonces denominaban
“yamba”) y a bailar, hasta cuatro hubo en alguna feria.
Estas son una muestra de
multitud de anécdotas que habrán ocurrido en nuestra Feria. Pero lo importante
lo que realmente cuenta, es pasarlo bien y disfrutar de unos días de asueto.
¡Feliz Feria amigos!
Francisco Quirós "Paqurro"
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