Nota: Hoy hace un año que publicamos este post. Por tratarse de quien se trata, consideramos que merece la pena reeditarlo.
No importa el tiempo, hace ya mucho que conozco a Salvador Delgado Moya. “Er Moya”, como es conocido en su localidad natal San Pablo de Buceite.
Me vas a
perdonar Salvador, pero no puedo resistirme a contarlo. La primera vez que tuve
conocimiento de la existencia de tu persona,
fue un carnaval en Tesorillo. Creo que
era tu primera presentación antes tus suegros, si no de las primeras. Bien les
ruego a los lectores se hagan una composición de lugar.
Caseta municipal de carnaval, buena afluencia
de público, Isa novia de Salvador sin
disfraz toda arreglada, por otro lado circunstancia muy normal en ella, sus
padres y Salvador disfrazado con un
traje de flamenca, que le sentaba como a
un santo dos pistolas, todos ellos en animada o no tanto conversación. Hay que
aclarar, el disfraz era consecuencia que Salvador formaba parte de una
chirigota sampableña.
La
situación tuvo su guasa. Estarán conmigo, que departir con tus futuros suegros, unos
perfectos desconocidos, vestido de flamenca algo de sub-realismo tiene por no
decir mucho.
Hecha esta
peculiar presentación, te diré que he leído tu último artículo, “Siempre
fuerte”, que tuviste a bien publicarlo en una red social y por supuesto en
Buceite.com.
El citado ensayo, va dirigido a Pablo Ráez
Martínez, un joven gravemente enfermo. El cual ha emprendido una campaña para
captar donantes de médulas, campaña que está obteniendo una excelente acogida.
Han sido miles las visitas tanto en
Buceite como en la red social. Cosa nada
extraña, ya que todo lo que escribes tiene una grandísima repercusión, aunque
este último en concreto está rompiendo records.
Te lo digo con toda sinceridad, una vez
repasado el escrito he quedado sobrecogido. No se puede expresar mejor las pasiones,
no se puede poner más carga emocional, en definitiva no se puede escribir
mejor.
Recordar a los que lo están pasando mal, los menos
favorecidos, los más humildes, ha sido una norma para ti amigo. No puedo olvidar, el escrito que dedicaste a Raimunda Benítez,
en el libro de feria de Tesorillo. Que feliz le hiciste. Dentro de su mente un tanto limitada, un
poco infantil. No se cortaba en decir a
partir de esa fecha, que es una persona
importante.
No has
escatimados elogios, para organizadores de eventos deportivos, tales como
carreras populares, gimnasia rítmica o carrera de obstáculos. Todo eso con un
estilo florido, donde las palabras fluyen a modo de manantial inagotable de
sabiduría y riqueza de lenguaje.
Has
transmitido la devoción, el fervor y la
pasión por la imagen de la Virgen. Nos has descrito poniéndonos los pelos como
escarpias, el amor a una madre. Acabamos sobrecogidos con lágrimas en los ojos,
cuando evocabas la figura del padre o le dedicabas una elegía al pequeño Aylan.
No todo
han sido escenas apasionadas. Magistralmente
nos has hecho creer que te enamorabas de una rubia, cuando se trataba de una
cerveza. O como una mujer parecía tener
pensamientos eróticos con su ex, manteniendo la intriga hasta el final,
resultando que en
realidad estaba dando cuenta de un buen plato de caracoles, sencillamente
genial. Historias como esas, muchas y muy divertidas.
Nadie como
tú, lo digo con toda la contundencia posible, habrás expresado mejor, las
vivencias, los recuerdos, las emociones de
tu infancia en tu amado San Pablo. Todo eso lo plasmaste de forma inigualable
en aquel excelso artículo “Hospedería Chiripi”. Leyéndolo me trasladaste a mi
infancia, conseguiste que rebobinara en mi mente pasajes parecidos al tuyo en
mi también querido Tesorillo. Quizá te parezca exagerado, para nada lo es, te
estoy agradecido por hacerme feliz, con ese pasaje.
Me
gustaría, tener la mitad de tu capacidad imaginativa, para hacer aflorar mis
sentimientos. Tener un cincuenta por ciento de la calidad literaria que atesoras., para plasmar
en el papel, lo buen escritor que eres, equiparable a tu bondad como persona. A
pesar de ello te digo que:
--Ahora te toca a ti, ser el elogiado
--Ahora te toca a ti, que pregonemos tus méritos
--Ahora te toca a ti, ser el protagonista
--Ahora te toca a ti, darte las gracias
--Ahora te toca a ti, reconocer la excelencia de
tus escritos
--Ahora te toca a ti, leer y no que te lean.
--Ahora te toca a ti, escuchar. “Viva la madre que
te parió”.
Solo una
cosa más y finalizo. No dejes nunca de escribir, somos muchos los que pensamos,
que deberías hacerlo de una forma sería.
Como te
decía días pasados. Hablar menos y escribir más
Un abrazo
amigo. No cambies nunca.
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