domingo, 9 de agosto de 2020

LA TRISTEZA NOS INVADE: PATRICIO GONZÁLEZ GARCIA

Será que uno se hace mayor, pero noto en las calles la tristeza, el silencio, y si me apuran, hasta un vacío en las mismas que nunca habíamos tenido.
La pandemia nos ha traído la sensación de que somos muchos más vulnerables de lo que creíamos en nuestra prepotente sociedad occidental. El saludo con el codo terminará siendo una anécdota dentro de un tiempo pero por ahora es lo que hay y todo esto lo palpamos, es la tristeza de las cosas que creíamos que eran del tercer mundo pero que no es así porque resulta que es cierta , y tan cierta, la teoría de las catástrofes que es aquella que dice que una mariposa que mueve las alas en una esquina del planeta es capaz de provocar un terremoto en la otra punta de la tierra porque la patria del ser humano se llama tierra y la pandemia nos ha cogido a todos , a los de una punta y a los de otra. Y tocan vacas flacas.
Este año no hay ni canciones del verano, ni amores de verano porque no se puede ni bailar juntos. Y si viene alguien por la acera frente a nosotros, nos apartamos porque pueden contaminarnos y tenemos que estar a dos metros. A veces , resulta difícil recordar dónde y cómo debemos cumplir todas las normas y dependiendo de los sitios. Menos mal que nos quitaron las franjas horarias de salida
Una frase muy andaluza para cuando no se sabe que hacer o que decir es la de “ Mira, que sea lo que Dios quiera” y ahora está de la más radiante actualidad porque es lo que le está ocurriendo a esta sociedad que no estaba acostumbrada a sufrir de esta manera. A nosotros nos acercaron un caramelo para quitárnoslo de pronto.
En estas fechas tendríamos que estar tranquilamente, en algún chiringuito, con un arroz caldoso o unas sardinas, o descansando en una casa rural sin miedo alguno a hacer amistades nuevas y escuchando esa canción del verano que os decía antes.
Pero, sin embargo, aquí estamos, levantándonos la mascarilla para beber, comer o fumar y codeándonos los unos con los otros, pero literalmente, saludándonos con los codos.
Algeciras, 8 de agosto de 2020
Patricio González

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