Matrimonio: Antonio Quesada y Catalina Bernal |
El pasado 11 de agosto, publicamos la primera parte de Quesadiñas. Si no las leyeron lo pueden hacer , en el siguiente enlace: Quesadiñas primera parte. Leer aquí. Ahora les dejamos con la segunda y última parte de las anécdotas y la forma tan original de contar las cosas de Antonio Quesada Montes.
A las habas, solían salirle un parasito que los lugareños le llaman coco. Les explico esto porque la historia siguiente tiene que ver con el coco.
En una ocasión realizó un viaje a Cádiz para visitar a un familiar recién operado. Para ello alquiló un taxi de siete plazas junto con otros familiares, me cuentan que por edad y respeto le cedieron el asiento de delante. Al parecer ese día tenia problemas gástrico por lo que salivaba con exceso, no sin ruido añadido.
Los acompañantes se sintieron molesto y le rogaron al taxista que de manera sutil, sin que se enfadase le conviniera que no salivara tanto ya que estaba resultando un tanto desagradable. En una parada el taxista con mucho tiento, le advirtió del problema o presunto problema con el resto del pasaje. Antonio en un principio no hizo comentario alguno. Pero pasado no mucho tiempo, coincidió con el taxista en el rio, Él dando de beber a su caballo Cascorro y el otro lavando el vehículo ( que en esa época estaba permitido)
—Niño ¿quién te dio las quejas el día que fuimos a Cádiz?
-Seño Antonio, nadie,
—No me engañes que ese Coco no es de esta haba, alguien debió molestarse
A la hora de emitir un pésame, lo hacía de una forma original, distinta al resto y con una frase con mucha enjundia en pocas palabras. Normalmente en Tesorillo, cuando se despide a los fallecidos, antes de la inhumación el féretro es depositado en un túmulo, los familiares se colocan detrás y los asistentes van desfilando delante del difunto y en señal de duelo y respeto realizan una ligera inclinación de cabeza. Antonio no, se cuadraba delante de la caja y a viva voz dirigiéndose a los dolientes les decía
—Salud para velar por su alma
Como hemos mencionado anteriormente, Antonio ejerció durante mucho tiempo como corredor, cuando tuvo cierta edad ya jubilado decidió retirarse del todo. En esas fechas ejercían esa misma actividad dos personas que tenían en común el apellido Torres aunque no guardaban parentesco alguno, concretamente Diego Torres y Francisco Torres.
Estando un día tomando café en un un bar llegó alguien de fuera de la localidad, solicitando los servicios de un corredor-tratante y que en el pasado había tratado con Antonio. Después del protocolario saludo, le indico que ya no se dedicaba al trato, a lo que el forastero le convino , que todavía estaba bien que podía continuar con la labor, que sin tal, que si cual, y siguió insistiendo en lo mismo , a lo que le respondió:
—Niño lo he dejado, estoy jubilado y no quiero más tratos, pero no te preocupes cuando necesites algún tratante, en Tesorillo han quedado dos Torres muy altas ( Habrán advertido el juego de palabras con los apellidos de los dos tratantes)
Hemos hablado con anterioridad de Cascorro su caballo. El principal personaje de este episodio es precisamente dicho animal . En el 1961/62, el cura Menchén en unión de un grupo de jóvenes de la localidad organizó la cabalgata de Reyes, para ello necesitaban al menos tres caballos uno para cada rey mago
Una comisión de varios jóvenes fueron a pedirle prestado a Cascorro para la cabalgata. Se personaron en su domicilio y le realizaron la petición. Según nos cuentan el recibimiento fue de los mas cordial, una vez realizada la petición, la respuesta fue:
—Eso, me gusta que se acuerden de los amigos, muchas gracias por venir a mi casa y acordarse de mí. Pero os tengo que decir una cosa “ Cascorro no va a festejos” ( ¿ Existe manera más sutil de negarse a prestar el caballo?)
La última por ahora, antes hay que hablar brevemente quien ha sido Curro Romero en el mundo del toreo. Un torero de arte, genial y qué levantaba pasiones y arrastraba miles de seguidores allá donde fuera. Pero ese arte tan extraordinario lo sacaba muy de vez en cuando. Perfectamente de 50 corridas podría hacer faena en una como mucho en dos. Hecha esta aclaración pasamos a relatarle la historieta.
Un buen amigo suyo, estaba pasando una crisis monetaria, no tenía ni un duro. Antonio en varias ocasiones de modo generoso le socorría, le pagaba las copas, incluso comida, hasta le prestaba dinero. Ese tieso amigo, consiguió un trabajo temporal y cuando percibió los primeros salarios, trató de compensarle en parte , invitándole varias veces , inclusive hasta unas raciones en el Bar Central.
El amigo se lo contó a un tercero, con el ruego que le preguntase el parecer de su agradecimiento . Cuando Antonio fue preguntado sentenció con esta frase
—Romero ha toreado bien
Como decíamos en la primera parte, es una pena que solo hayan transcendido unas cuantas historias, peripecias de este auténtico personaje, como fue Antonio Quesada Montes, trataremos de recopilar más y si lo conseguimos se lo trasladaremos a ustedes
No hay comentarios:
Publicar un comentario