Por Jerónimo Sánchez Blanco ☛
Nuevos aires y cambios en la sociedad (2)
En los siguientes meses, la tensión estudiantil aumentaba, apoyada por muchos profesores, en el ambiente de las facultades, haciéndose eco del Mayo francés de 1968, unido a un fuerte activismo en los colegios mayores, de los que recuerdo el San Juan Evangelista, el Virgen de África y el Isabel de España, especialmente, en algunos de los cuales impartí charlas acerca de las ideas políticas de la democracia y debatiéndolas en reuniones reducidas con estudiantes. Asimismo, participaba en grupos de debates, charlas y conferencias políticas acerca de la democracia, el sindicalismo, los partidos políticos y las libertades políticas que se organizaban con un reducido grupo de dirigentes obreros, en la escuela de formación profesional, promovida por José Mª Llanos, jesuita, en el Pozo del Tío Raimundo. Inquieto por lo que había acontecido en París y en otras ciudades europeas en el mes de Mayo, realicé un viaje de 10 días a París en el mes de Septiembre de 1968, costeado con mis escasos ahorros, comprobando en las librerías próximas al río Sena y las del barrio latino, los testimonios que daban cuenta de lo acontecido, a través de los innumerables libros y folletos que se habían editado y conversaciones con libreros. Aquel huracán que se inició en Nanterre y prosiguió en las barricadas levantadas en el barrio latino, liderado por Cohn – Bendit y Alain Krivine, con innumerables proclamas y consignas contra el sistema político establecido, fue apoyado por los sindicatos obreros con una huelga general reivindicando mejoras salariales y los partidos de izquierda, especialmente el Partido Comunista, y se desinfló en el verano, con sus numerosas librerías y cafeterías abiertas en un ambiente distendido y tranquilo. En las elecciones generales celebradas en Junio de 1968 había ganado el partido político del general De Gaulle y perdieron los partidos de izquierda. ¿Dónde quedaron los sueños e ilusiones de Mayo?. Era una experiencia triste para los soñadores, de la que deberían aprender, que no siempre la imaginación al poder permite alcanzarlo, con el riesgo de perder las libertades logradas. Unos meses más tarde, en España, el 24 de Enero de 1969, fue declarado el estado de excepción con fuertes medidas sancionadoras contra los profesores disidentes del régimen político, suspensión de seminarios y charlas políticas en los colegios mayores, presencia policial en las facultades mas contestatarias y fuerte control de los medios de comunicación. En esa fecha, fue suspendido por orden gubernativa un ciclo de conferencias que yo tenía comprometido en un colegio mayor sobre la “ La Revuelta estudiantil de 1968 en París”.
Nuevas circunstancias empezaron a desestabilizar el régimen franquista en la década de los setenta, y aceleraron paulatinamente su descomposición: el terrorismo, con el atentado del almirante Carrero Blanco en Diciembre de 1973 siendo presidente de Gobierno, a manos de ETA y los asesinatos de guardias civiles, policías y militares por ETA, el GRAPO y el FRAP; la crisis económica tras la subida del precio del petróleo que afectó desde el otoño de 1973; y el fallecimiento de Franco. La decisión de Franco de nombrar a Carlos Arias Navarro presidente de Gobierno significó el reforzamiento de los halcones del régimen ante el empeoramiento de la salud de Franco, así como garante y albacea del testamento político, dada la inminente sucesión de Juan Carlos de Borbón, oficialmente proclamado Príncipe y sucesor a la Jefatura del Estado. En los ambientes políticos del régimen franquista, se dudaba de la fidelidad del nuevo Jefe de Estado a los Principios Fundamentales del Movimiento y no les faltaba razón, porque la persona designada para la sucesión era muy próxima a las ideas políticas de su padre, D. Juan de Borbón, partidario de reconducir el sistema político hacia un sistema democrático de corte europeo. En el conjunto de la oposición política, este joven designado Príncipe en 1969, no gozaba de su confianza y suponía que sería continuador del franquismo, dado que desde los ambientes oficiales se repetía insistentemente que Franco “ había dejado todo atado y bien atado para el futuro”. Era una frase para conjurar los miedos de la clase dirigente franquista, pero caló seriamente en amplios sectores de la oposición política y se le bautizó de forma despectiva como “Juan Carlos el Breve”, en una clara profecía que no se cumplió., como llegó a reconocer el mismo Santiago Carrillo. Mis dudas aumentaron, al recordar la entrevista mantenida varios años antes en el Palacio de la Zarzuela con el ya designado Príncipe, acerca de la necesidad imperiosa de instaurar la democracia, por una parte, y los derroteros del régimen franquista, de otra, con un presidente de Gobierno muy significado del “bunker”.
No obstante, la crisis económica de los años setenta, iniciada con el aumento del precio del barril del crudo del petróleo en 1973, desencadenó un proceso que contribuyó a desestabilizar el régimen franquista y amenazaba seriamente el nuevo proyecto de modernización y democratización española que se vislumbraba en el futuro inmediato. El incremento del precio del barril de petróleo tuvo graves consecuencias para la economía española en la segunda mitad de los setenta, al no disponer de reservas en moneda extranjera para nivelar la balanza de pagos, dado el volumen de dólares que la economía española necesitaba para pagar las importaciones de crudo de petróleo y sus derivados. Este aumento de los combustibles repercutió en los costes del transporte aéreo, por carretera y ferroviario, y en los costes de la fabricación de abonos y fertilizantes; afectó igualmente a numerosas industrias, especialmente a la industria naval, la siderurgia y a la agricultura, así como al nivel general de precios que soportaban los consumidores y trabajadores. El malestar se extendió a los trabajadores que luchaban por conservar sus puestos de trabajo y preservar el valor adquisitivo de los salarios, demanda que provocó innumerables huelgas y movilizaciones obreras, especialmente en el sector naval, bienes de equipo, minería y otros
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