sábado, 21 de noviembre de 2020

Carta de Olimpia Ocaña Fernández


La tesorillera Olimpia Ocaña, ha sufrido una experiencia como mínimo surrealista, en relación con positivos y no positivos de COVID-19.

 Ha querido compartir con Blog de Paqurro su experiencia, nos ha enviado una carta para tal fin , la cual reproducimos a continuación:



Soy Olimpia Ocaña Fernández, natural de, y digo natural porque allí nací, San Martín del Tesorillo, mi madre me parió en San Martín del Tesorillo, lo que jamás dejaré de agradecerle. No obstante, por motivos personales, llevo 4 años y 6 meses viviendo fuera de mi pueblo.


Vaya por delante que, hasta hoy, jamás he cuestionado la labor del personal facultativo del Servicio Andaluz de Salud, entre otras muchas cosas, porque dos de las personas a las que más quiero y admiro, son enfermeras pertenecientes a él, alguna en parte, y, como mínimo, les debo el más absoluto respeto.



Son dos personas que, con patologías graves y complicadas, hoy se encuentran en trincheras, en primera línea de fuego, luchando contra esta terrible pandemia, ayudando en todo lo posible, atendiendo a sus enfermos con cariño y respeto, llegando a sus casas cada día después de su turno con el miedo, no sólo en el cuerpo, sino en el alma, sin saber sin son portadoras de este maldito virus que tanto daño nos está haciendo.


Conviven con sus familias, esposos e hijos, sin querer negarles un abrazo, un beso, una muestra de cariño, al tiempo que rogando a todo lo habido y por haber, que no les transmitan nada, que no les pase nada, cuidando de ellos y………….. mucho más.


Intentaré relatar mi experiencia de la forma más breve posible, dejaré u omitiré muchos datos por no extenderme demasiado, pero quizás sea inevitable para contar mi experiencia y el sufrimiento que tanto mi familia y yo hemos vivido.


El día 16 de noviembre por motivos y exigencias laborales, no por tener síntoma alguno, me realicé un test PCR, en una clínica privada, por supuesto, porque solicitarlo en la sanidad pública es totalmente imposible, a menos que no puedas respirar. Mayúscula sorpresa el día 17 de noviembre por la tarde, al recibir el resultado, POSITIVO.


Evidentemente, no es que sea la persona más responsable del mundo, pero ante la noticia de mi positivo, lo primero que hice fue llamar a todas las personas con las que había estado en contacto durante las últimas  semanas – no eran muchas, pero aún así, pasé horas pegada al teléfono.


Asimismo, conseguí, no después de varias horas, creo que fueron casi 5, que en Salud Responde me atendiese una persona en lugar de una grabación. En mi centro de salud simplemente descolgaban el teléfono y colgaban a la vez – no hubo manera. Finalmente, pude comunicar mi resultado, esperando que se pusiesen “manos a la obra” a la mayor brevedad posible. A día de hoy, aún estoy esperando a que me llamen para preguntarme por los nombres y números de teléfono de las personas con las que he o podría haber estado en contacto para iniciar el rastreo. Ya han pasado casi 5 días.


Sigo viviendo exactamente igual que en los meses de abril, mayo, junio, sólo salgo de mi casa a menos que sea por motivos estrictamente esenciales, compras de alimentación, farmacia en caso necesario y trabajo, por supuesto siempre con mascarilla en todo momento.


Ante mi incredulidad por el resultado positivo de mi test PCR, el día 18 de noviembre, en un plazo de 48 horas, consigo cita en otra clínica privada para que me realizasen otro test PCR, tanto a mí como a mis hijas que conviven conmigo; tenía la necesidad de contrastar el resultado, así como saber el estado de salud de mis hijas. El día 19 de noviembre, recibo confirmación del resultado de mi segundo test, NEGATIVO y el de mis hijas, NEGATIVO. El gasto que estos tests en clínicas/hospitales privados, creo que todos los saben cuál ha podido ser. Pero no importa, la salud es lo primero.


Así pues, me dirigí a la primera clínica en la que me hicieron el primer test, solicitando aclaración (sinceramente, pidiendo disculpas por mi total y/o absoluto desconocimiento, pero no entendía qué podía haber ocurrido – quizás alguna contaminación en laboratorio?????). Inmediatamente me atendió la directora médica del centro y esperó a que los enfermeros me realizasen dos tests rápidos de anticuerpos Sars Covid cromotatológico y de detección de antígenos en hisopos nasofaríngeos Sars Covid. Ambos resultados han sido NEGATIVOS.


Todas las personas con las que he estado en contacto en los últimos 15 días, incluidas mis hijas, se han hecho tests PCR y todas han obtenido resultados NEGATIVOS.


Hoy ha contactado conmigo desde el SAS tanto mi médico de familia y también el enfermero designado en el departamento de epidemiologia escolar. Al comunicarles el resultado de mil últimas pruebas y las de todas las personas que han estado en contacto conmigo – NEGATIVOS – y dado que tanto uno como otro me han dado indicaciones diferentes, les pedí que por favor lo aclarasen. Aclaración, positivo es positivo. Bien, la indicación u aclaración de un facultativo he de aceptarla y/o acatarla.


Sólo decir que existen falsos negativos, pero también falsos positivos, 92-95% de fiabilidad, con lo que hay, aunque pequeño, un margen de error.


Parece ser que en el centro de salud al que pertenezco en la población en la que vivo, debe haber un poco de mal ambiente. Lo digo, porque tras mi conversación con el enfermero del departamento de epidemiología escolar, porque por supuesto informé al centro en el que estudian mis hijas (no se me olvidó hacerlo) y pedirle aclaración, me ha llamado mi médico de familia, totalmente indignada, porque parece ser que he puesto en duda su profesionalidad, claro, al pedir aclaración sobre cómo mi familia y yo hemos de proceder, uno me dijo una cosa y otro otra, confinamiento/no confinamiento – pero seguramente fui yo la que no tuve la capacidad de entender lo que me habían explicado, ni uno ni el otro. Por supuesto con toda la carga de educación con la que me he podido hacer, le he agradecido su llamada y le he reiterado que no he puesto en duda su profesionalidad.


Sinceramente, el trato que he recibido tanto por parte de mi médico de familia como del enfermero designado en el departamento de epidemiologia escolar no ha sido el más placentero, después de haber pasado días sin prácticamente dormir y con muchísima preocupación no sólo por mi familia y por mi misma, sino también por todas las personas que se han visto implicadas en este episodio de locura.


Concluyendo, no me quiero extender más, tengo la necesidad de pedir a todo aquel que desarrolle una profesión implicada en atender a PERSONAS, que antes de decantarse por ello, realmente lo sientan.


Desde aquí, mi más sincero agradecimiento a todos los sanitarios, desde médicos a enfermeros, auxiliares, personal de hospital de cualquier tipo, maestros, profesores, cuidadores…….y muchos más que probablemente olvide mencionar.


Gracias a todos los que sienten su profesión y dedican su vida y sentimiento a ello. Gracias a todos los que están en trincheras y en primera línea en esta guerra contra esta locura que nos diezma y martiriza constantemente.


Pero a aquellos que están sólo detrás de un teléfono o una mesa de despacho o atención, les pido que, por favor, se pongan en los zapatos de muchos y anden su camino. Igual intenta meterse en un 36 cuando calzan un 40, les puede doler.


Intentar comprender y empatizar con la situación de otros no es fácil, por eso hay profesionales como la copa de un pino y otros que simplemente cubren expediente y cobra un sueldo, que no olvidemos, pagamos todos y cada uno de los que contribuimos.


Sólo decir, que, en cumplimiento del protocolo requerido SAS, tanto mi familia como yo, independientemente de los resultados y mi opinión, estaremos confinadas hasta cumplir los diez días de cuarentena estipulados. Nos encontramos perfectamente, igual que hace dos semanas, tres meses o un año.


Cumpliremos con las directrices y seguiremos siendo ciudadanas medianamente civilizadas.





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