Todo transcurría de maravilla, una ruta a pie de acantilado, con unas vistas preciosas, una temperatura ideal para caminar, hasta un poco de frio, pero nada extraordinario, una compañía excelente, hasta que llegaron la Ría de Santander.
Salida de Güermes con llegada a Santander, el plan era llegar hasta la ría de Santander y allí tomar un barco que le trasladara hasta la capital cántabra. El grupo en el que se ha integrado Bernardo, se despistan y se alejan del lugar, una camino que tienen que volver a realizar en sentido contrario, unas 4 horas de propina, las consecuencias que llegaron a Santander de noche, cerca de las 10, con el albergue cerrado, menos mal que el encargado se apiadó de la expedición de despistados, eso sí super cansado al barde de la extenuación, pero nuestro paisano es fuerte y hoy ha emprendido la marcha hasta Santillana del Mar, el pueblo de las tres mentiras.
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