En tiempos no tan lejanos, cuando aún no existía WhatsApp ni Instagram, las postales eran el modo más bonito de decir “me acuerdo de ti”. En Tesorillo, las encontrábamos en el quiosco de Antonio "El Castañero"
Precisamente, la imagen que acompaña esta entrada es una de aquellas postales ( años 70) : en ella aparecen el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de los Dolores, en el altar mayor de la iglesia parroquial de San Martín de Tours. Una estampa que, en su día, muchos enviaron a sus seres queridos, llevando un pedazo de Tesorillo más allá de sus fronteras.
Algunas postales viajaban lejos, a Barcelona, a Francia o a Alemania, como saludo de quienes emigraron pero nunca olvidaron sus raíces. Otras, más cercanas, se guardaban con cariño en un cajón, entre cartas y estampitas.
Hoy, esas postales son testigos de un tiempo en el que todo se vivía con más pausa… y con más alma. Pedacitos de historia que merecen seguir contándose.
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