A comienzos de los años 70, Tesorillo despertó de su letargo y empezó a reivindicarse como un pueblo con identidad propia, cansado de los agravios comparativos con el ayuntamiento matriz. El hecho que encendió la chispa de aquellas justas reivindicaciones fue, sin duda, la creación de la Comisión de Fiestas en 1971. En aquel entonces, el alcalde-presidente de Jimena nos definió como “la inquieta barriada”. No le faltaba razón.
Entre los recuerdos de la inolvidable Sagrario Gil (q.e.p.d.) —quien, sin duda, fue una de las primeras en alzar su voz contra una situación tan claramente injusta— ha aparecido una caja cargada de memoria. En ella se conserva una poesía dedicada a Tesorillo, donde se exalta la inquietud y el espíritu combativo de aquellos tiempos. Desconocemos su autor o autora, solo nos quedan las iniciales: A.V. S.
Desde aquel despertar de los 70 hasta el histórico 2 de octubre de 2018, Tesorillo y su gente jamás dejaron de luchar por lo que eran y por lo que sentían: su identidad de pueblo.
Tuviste inquietud
cuando apenas eras nada,
inquietud en la lucha
y cuando esta era ganada
Inquietud ante la suerte
que el destino te deparaba,
inquietud ante la muerte
de muchas cosas sagradas
Inquietud contra la gente
que a la fuerza pretende
que te apartes de la senda
que Dios te tiene trazada
Inquietud con quien te ofendiera
inquietud con quien te mirara,
calma con quien pretendiera
que la ira, pronto te cegara
Inquietud para vivir
inquietud para soñar
calma para pensar
y alegría para sonreír
Inquietud, durante años quieta
inquietud durante años acumulada
Quietud aparente, disimulada
de quien tiene fija en la meta
una impaciente mirada
Y por eso con razón
alguien te llamó
la inquieta Barriada
y resaltó tu virtud
con razón bien ganada
Pues aunque no hagas nada
tienes por dentro inquietud
con fama de ser honrada
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