Pacurro
Anoche tuve la oportunidad de asistir a una representación teatral del grupo de teatro de la Asociación Ágora, que puso en escena la obra "Mirando al pasado". Y quiero empezar diciendo algo que a veces se olvida con demasiada facilidad: el simple hecho de subirse a un escenario ya tiene un enorme valor.
El teatro es atreverse. Es exponerse. Es vencer nervios, inseguridades . Por eso, mi valoración quiere ser global . Desde la dirección, hasta quienes aparecen fugazmente abriendo o cerrando el telón, todos cuentan. Sin excepciones, hasta quien con su trípode y móvil grabó la función
El propósito era entretener, hacer pasar un buen rato y arrancar sonrisas al público. Y cuando ese es el objetivo, el éxito no se mide en aplausos más largos o más cortos, sino en la complicidad que se crea durante la función.
Quienes alguna vez hemos estado encima de un escenario sabemos que el teatro es un trabajo de equipo, donde cada gesto suma y donde nadie sobra. Anoche, cada persona aportó lo suyo, y eso es lo verdaderamente importante.
Porque al final, el teatro, la declamación, la música, el cante, etc. aficionados —como tantas cosas hechas desde el corazón— no pretende más que compartir ilusiones . Y cuando se hace con ganas y valentía, ya ha cumplido su misión, por eso deben ser valorados, despreciando comparaciones siempre odiosas
Les dejo con todos los intervinientes en la función de anoche, celebrada en el salón de actos de la Casa de la Cultura, un recinto que se quedo pequeño para albergar a todos los que asistimos



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