Días pasados, concretamente el 7 de octubre cuando hacía mención a los vendedores de castañas, mencionaba a Antonio García Jiménez ( q.e.p.d.), el cual ostentó por derecho propio el apelativo de Castañero, así fue conocido y así lo siguen siendo sus descendientes, hijos y nietos y veremos sino lo heredan también sus biznietos .
Antonio es un personaje al que había que rescatar del olvido, al menos desde este modesto Blog, les explicaré el porqué, antes voy a reseñar unos breves datos biográficos.
Natural de Algatocín ( Málaga), aunque residió también en el pueblo cercano de Benarrabá, nació un 09 de febrero de 1924. En los años de la post guerra era muy frecuente que hombres a lomo de sus bestias o sobre sus espaldas, bajaban desde esos lugares hasta nuestro pueblo a vender productos de la zona, en especial aceite, de ahí viene el apelativo de Alfonso El Aceitero, que heredó su hijo Antonio y su nieto Jesús, por eso al Bar El Amanecer se le conoce popularmente como " El Aceitero". Pero Antonio no trajo aceite o a lo mejor sí, pero el producto al que se le relacionó y el que más vendió por las calles fueron las castañas , su apelativo estaba cantado "Castañero", menuda eran las pequeñas poblaciones a la hora de asignar motes.
Antonio tenía vista comercial, lo demostró a lo largo de los años y en los 50 del siglo pasado, decidió montar un quiosco donde se tostaran castañas en su época y donde también pudieran adquirirse otros productos.
Segundo quiosco de Antonio |
Su quiosco se instaló en la Plaza, no fue el único, también existieron los de Juan Blázquez (El Churrero), Antonio Trujillo, Mateo Martín . Antonio sobrevivió a todos y terminó que durante un tiempo fue el único. Con el tiempo debido a las diversas remodelaciones de la Plaza en los 70 del siglo anterior se trasladó al principio de la calle Túnel, en el lugar donde estuvo ubicada la churrería de Manolo Marín Vicario, estando ahí, le sobrevino la muerte un 14 de enero de 1979, siendo aún muy joven, le faltaban días para cumplir los 55.
El quiosco de Antonio ha sido un referente para varias generaciones, en sus casi 30 años que estuvo funcionando, ya que a los pocos meses de su muerte su familia lo traspasó. Como decía Antonio y su quiosco han sido emblemáticos durante mucho tiempo en Tesorillo. Allí podías comprar las pipas de girasol a granel, los altramuces elaborados por él mismo y su señora Dolores Díaz, las chucherías de aquellos años, muchas menos de las actuales, por supuesto tabaco, los de mi generación , anterior y posterior, compramos los primeros cigarrillos sueltos, los Chesterfield, o los Craven A , que venían en unas preciosas latas con un gato en la portada y que la utilizábamos para guardar lápices o las mujeres para guardar agujas o alfileres, un sobre, pilas para el transistor, TBOS, se intercambiaban novelas del oeste, y un largo etcétera, todo o casi todo podías encontrarlo en el quiosco de Antonio, ojo que la demanda en esos años no es la actual, había menos dinero por tanto menos cosas que comprar.
Durante un tiempo junto al quiosco, instaló unas mesas de futbolines, al aire libre ,solo a modo de techo, un toldo para resguardarse de la lluvia, aquello fue un auténtico boom, colas para jugar al futbolín.
Si nos daban unas pesetillas no dudábamos el lugar para emplearlas el quiosco de Antonio El Castañero. Si no a permanecer en los alrededores , no sé porqué regla de tres los chiquillos nos agolpábamos en torno a él, a veces conseguíamos enfadar al bueno de Antonio y mira que tenía paciencia con nosotros.
En un principio el quiosco fue de madera, posteriormente lo agrandó y de chapa como se puede comprobar en la segunda foto
Persona de buen humor, lo vemos a lomos del caballo de Paco el fotógrafo |
Persona de un excelente humor, de amplia carcajada y risa fácil, con don de gentes y mucha mano izquierda, gran aficionado al cante flamenco, un luchador que empezó de cero y que tuvo la visión de montar un negocio, que no le reportaría grandes capitales pero que le permitió vivir a él y los suyos dignamente, en aquellos años ya era mucho.
Antonio sin pretenderlo se convirtió en una persona relevante en nuestra historia, a él le hemos solicitado sus servicios varias generaciones, conocido por todos, a todos nos trató igual y a todos nos regaló una sonrisa o un comentario jocoso.
Para los que le conocimos.creo que es de justicia avivar su recuerdo, para los que no le conocieron, reivindicar su figura, porque Antonio no fue uno más , fue el quiosquero por antonomasia , forma parte de la historia de San Martín del Tesorillo, pasando con el sobrenombre de "El Castañero"
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