lunes, 18 de julio de 2022

El episodio más trágico de la Casita de Campo





F.QUIRÓS"PACURRO": 18/07/2022

 La Casita de Campo, nuestro emblema, al que  queremos tanto todos los tesorilleros,  también ha tenido  su suceso trágico. No tenemos constancia, que dentro de sus muros falleciese persona alguna. Este palacete de influencia británica, fue construido en 1882, lo fue  como residencia de descanso de Los Larios, una  casa de campo,  de ahí su nombre popular.   En  1925 hasta 1929, fue residencia habitual de doña Pepita , Marquesa de Marzales y su familia y a partir de ese año, hasta 1945, quienes residieron fueron  los administradores de la Casa March, entidad que había adquirido en 1929, la Sociedad Industrial y Agrícola del Guadiaro. Eso si el 18 de mayo de 1943,  entre sus muros fueron expuestos los féretros de Antonio Burguera apoderado de la Sociedad y Miguel Veyn, jefe de campo , antes de darles traslados a Mallorca, de donde eran naturales,  a los dos les dieron muerte el Maquis, la partida de Casares, pero en las inmediaciones del Cortijo de El Acebuchal


Tal día como hoy, un 18  de julio  1956, día festivo.  En aquella época, el régimen celebraba lo que llamaron el glorioso alzamiento nacional, cuando en realidad lo que sucedió esa  fecha en 1936, fue un alzamiento militar, que trajo consigo,  una larga guerra de tres años entre hermanos, muchas muertes, mucha hambre, mucho dolor, y  un una dictadura que perduró cerca de cuatro décadas, pero no es el tema que nos ocupa. 

A las claras del día, la noticia corrió como la pólvora, un hombre  se había colgado en la Casita de Campo, lo hizo con su cinturón, se valió de  los travesaños del frontal, que forman un  triangulo con una especia de flecha invertida en su interior  . Se desconoce a ciencia cierta  quien  lo descubrió, pero si no fue  el primero, si de los primero, quién  visualizó la tragedia , fue Juan Cabrera, conocido como Juan Luna ( padre), Juan se levantaba antes de la salida del sol 

Pronto se supo su identidad, se trataba de  J.R.I. de 25 años, que residía en un cortijo cercano y que visitaba Tesorillo casi a diario. La noche anterior departió copas con sus amigos, en el aquel entonces Bar Fernando, hoy Bar el Amanecer, lo hizo  con toda la  normalidad del mundo, así me lo asegura Antonio León Pajares, que fue uno de los que alternaron con el malogrado. Antes había pedido al dueño del bar, papel y lápiz y en una de las mesas, le vieron escribir una nota, la cosa no extraño lo más mínimo 


Su madre, cuando yo era muy joven, ( menos de 30 años) , me contó cómo transcurrieron  los últimos momentos que le vio con vida. Llegó de trabajar del campo al caer la tarde, se aseó y le comunicó que iría al pueblo, la buena mujer no le extraño, ya que como hemos mencionado anteriormente al otro día era festivo. Ella  aprovechando que iba al pueblo, le encargó que  adquiriese petróleo para el petromár ( un artilugio que servia para dar luz, que se alimentaba de ese combustible). Con toda la normalidad posible, una vez aseado y con ropa limpia, ató en el sillín trasero de su bicicleta la lata y tomo rumbo a Tesorillo, nada hizo sospechar a sus  padres  y hermanos , lo que posiblemente ya tenía decidido, acabar con su vida.

Trabajadores del campo de los años 50, en Tesorillo 

Sobre las dos de la madrugada de ese 18 de julio, cerró el bar, se despidió de los amigos, todo hace suponer que se hizo el remolón a la espera que sus acompañantes se marcharan a sus respectivos hogares. Desde la plaza tomó la calle Real hasta la Casita de Campo, donde llevó a cabo la fatal decisión, antes colocó sobre la puerta del edificio la bicicleta y cogida al soporte de los frenos, la nota que había escrito horas antes en el bar. En dicha nota, se despedía de su familia y asignaba sus pertenencias mas valiosas, para distintos familiares, como el reloj, la citada bicicleta y otros objetos personales, aunque parezca un tanto baladí,  un reloj o una bicicleta en 1956, eran objetos valiosos y más para un trabajador humilde del campo 

Pacurro Municipal padre y dos voluntarios mas, les tocó descolgar el cuerpo sin vida, un testigo presencial de este hecho, que por aquel entonces contaba 13 o 14 años, me contó recientemente, que la correa que utilizó para el colgamiento, a punto estuvo de saltar y hasta hubiese impedido la muerte, pero no lo quiso así el destino. Así mismo que un perro ubicado  en el Patio Grande, cerca del lugar del suceso, estuvo aullando toda la noche, cuando eso no era habitual en el can, posiblemente olió la tragedia 

Otro hecho que transcendió relacionado con el asunto que nos ocupa, fue que dos mujeres del Cortijillo, de madrugada fueron por agua a la fuente de la plaza, se extrañaron que a esas horas un hombre permaneciese de pie en un lugar poco frecuentado, pero fue mas su extrañeza,  cuando regresaron con los cantaros llenos de agua, y  el hombre permanecía en el mismo sitio  inmóvil, es que a penas los pies despegaban  unos centímetros del suelo, imposible de apreciar de noche, debido a  la carencia de alumbrado publico, casi inexistente en toda la población 

Su madre falleció anciana, con la pena de haber perdido un hijo, y con el escozor de saber, el motivo que  hizo que su hijo tomase  esa terrible decisión, su padre vaquero de profesión, no tuvo consuelo, cuidaba el ganado entre lágrimas . Unos años mas tardes, no muchos, aconteció un caso parecido, un tal Jacinto, vino a quitarse la vida de la misma forma , en uno de los castaños salvajes que adornaban la Plaza, otra página triste en la historia de Tesorillo. 

Hasta el momento y ojalá sea el último , ese ha sido el episodio más trágico de nuestra Casita de Campo 

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