Como adelantábamos, ayer la etapa finalizó en Gijón, Bernardo sigue impresionado por toda la belleza que está percibiendo, pero la anécdota a destacar fue, que en pleno camino un panadero, detuvo su vehículo se bajó y les regalo una barra de pan a cada miembro del grupo, todo un detalle.
Nos decía que si agradables resultaron los vascos y cántabros, los asturianos no tienen nada que envidiar, gente maravillosas, según nuestro personaje. La ruta continua por el Principado
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