TORMENTA PANDÉMICA
Ya hace algún tiempo que no escribo sobre el Covid porque se estaba convirtiendo en predicar en el desierto. Dijeron que había que gripalizar al covid y eso hicieron sin tener en cuenta para nada que el covid no es una gripe.
Y sin tener en cuenta también que en ningún momento la cifra de fallecidos nunca ha bajado de los cien diarios. Y ofreciéndonos datos que no se corresponden en absoluto con la realidad por no decir que nos están engañando de manera descarada. De hecho las cifras oficiales de este fin de semana es de doscientos cinco muertos que, dudo mucho, que sean los verdaderos.
El caso es que, ahora, habrá que volver a desgripalizar lo que habían gripalizado porque las cifras de casos de covid, los números de hospitalizados y, por supuesto, de fallecidos son muy preocupantes. Y eso que la incidencia sólo se está llevando a cabo con las personas mayores de sesenta años por lo que habrá miles y miles de contagiados menores de sesenta que no se tienen en cuenta y que harán cuarentena si ellos quieren por lo que habrá una gran mayoría que estará por ahí contagiando a los demás. En nuestro caso, en la Feria de Algeciras, la cantidad de contagios ha sido tremenda y la prueba está en la situación del propio Hospital Punta Europa y de algunos privados que son focos de infecciones por covid.
Todo esto vine a ser igual en toda España por lo que estamos llegando a la tormenta perfecta. La ministra Carolina Darias ha vuelto a recomendar el uso de la mascarilla (¿Se acuerdan cuando esta señora nos decía que ya podríamos vernos nuestras sonrisas cuando quitó la restricción de las mascarillas?), pues resulta que, ahora, está diciendo que el empleo obligatorio en determinadas circunstancias quizás se levantó con demasiadas alegrías.
Estamos, de hecho, como he dicho antes, ante un tormenta perfecta: suben los casos, parte del personal sanitario tiene planificadas vacaciones, con lo que la atención se está viendo mermada, y llega un verano donde se esperan cifras de récord de visitantes y de movimiento de turismo nacional, con millones de personas deseando reencontrarse con la “normalidad” después de dos años de vida “'congelada”. En este escenario que es el real, no parece que los gobernantes estén por la labor de ser los primeros que pidan otra vez restricciones: nadie quiere matar la gallina de los huevos de oro del turismo... pero hay otra gallina que ya sabemos cómo evoluciona: la de la salud. El debate está servido.
Y más aún si tenemos en cuenta que si los casos positivos nos parecen abultados, no olvidemos que ahora la estadística solo cuenta a los mayores de 60 años. ¿Por qué? Pues seguramente porque se intentó dar un mensaje de fin de la pandemia a pesar de que era -y es evidente- que no es así.
Algeciras, 3 de julio de 2022
Patricio González
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