Los platos y vasos Duralex nacieron en Francia en 1945, con un vidrio templado que parecía indestructible. Llegaron a España en los años sesenta y setenta y pronto se hicieron imprescindibles: en , en los bares se servía vino y café, y en las casas humildes acompañaban la sopa, los guisos y hasta el arroz con leche del postre ( cuando lo había) . Eran sencillos, baratos, apilables… y parecían eternos.
Con el tiempo, el plástico y las vajillas modernas les fueron ganando terreno, pero nunca dejaron de estar presentes en algún rincón de la alacena. Hoy regresan como piezas vintage ( piezas que representaron a una época) , buscadas por quienes ven en ellos mucho más que un simple vaso o un plato.
Recordamos perfectamente aquellos vasos ámbar en las mesas de nuestras infancias en Tesorillo. Pasaban de mano en mano en las comidas familiares o en los bares del pueblo, con el vino peleón o el café de puchero. Y aunque entonces nadie lo pensaba, cada uno de esos Duralex guardaba dentro la memoria de una época sencilla, de un modo de vivir que hoy evocamos con cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario