Este fin
de semana, las tardes del sábado y domingo 4 y 5 de marzo,
respectivamente. El grupo de teatro Las Palmeras ,perteneciente a la
Asociación de Mujeres del mismo nombre, puso en escena la comedia,
original de José Luis Alonso de Santos, Fuera de Quicio.
La trama se se desarolla en un hospital psiquiátrico. Relata las andanza de unos internos Rosa, Antoñita, Antonio y Juan que se enamoran y se desenamoran, llegándose a cometer un crimen, mientras el director y la madre superiora andan métidos en sucios negocios de tráfico de droga
El lugar
escogido, el salón de actos de la Casa de la Cultura de San Martín
del Tesorillo. Dos llenos, en las dos ocasiones, el local se quedó
pequeño. Mucha gente no pudo asistir por falta de aforo.
El
objetivo que el grupo de teatro nos marcamos, ya que el que suscribe
forma parte de él, se ha cumplido y con creces. No era otro que
divertir y divertirse.
Las
risas han sido constantes y generalizadas, inclusive arrancando
aplausos, en medio de escenas, por situaciones muy hilarantes.
Durante
dos horas aproximadas, el público ha estado abstraído, desconectado
con la realidad y pasándolo muy bien. Concluyendo éxito total, y no
son palabras gratuitas, cuando se reciben tantas y tantas
felicitaciones, cuando compruebas como de bien lo están pasando los
asistentes, no puedes catalogarlo de otra forma.
Detrás
de estas representaciones, ha habido mucho esfuerzo, sacrificio en
lo personal y mucha voluntad, por todo el elenco de los aprendices
de actores.
Llevamos
más de un año ensayando. Al principio se fijó un día por semana,
más tarde dos y desde hace un par de meses cinco días, cuando la
representación estuvo cerca , la semana entera.
Es
cierto que lo hacemos por gusto, por afición, nadie nos obliga.
Pero no es menos cierto, que somos mayores, con problemas familiares,
de salud y de otras índoles.
Llegar
al ensayo con achaques, con complicaciones personales, olvidar todo
por unas horas, meterse en el papel de una loca, o de un loco, de una
monja, de un director, de una inspectora de policía o de una espía,
tiene su enjundia y como relataba anteriormente su esfuerzo.
Pero
para que esta aventura, tuviese un buen final, ha sido gracias a la
labor de Juan Antonio Soler. Él ha llevado con maestría la
dirección
Ha
sacado de nosotros, todo lo poco o mucho que teníamos de cómicos.
No solo eso, se ha hecho cargo de la escenografía, luces y lo que
hiciese falta. Gran parte del éxito hay que atribuírselo a su
persona.
Por lo
pronto han sido dos representaciones, vendrán más, si el pueblo lo
demanda. Así mismo, se tiene previsto representar fuera de nuestra
localidad.
Mencionar
que el grupo, hace ya tiempo, había intentado representar esta obra,
por razones que no vienen al caso, no pudieron. Desgraciadamente,
personas que formaron parte de aquellos repartos, ya no están entre
nosotros, me refiero concretamente a Ángeles Fernández y Josefina
Fernández. Quizá por ello, también tuvo su carga de emotividad
.
.
Quiero
aprovechar la ocasión, para hacer un llamamiento a las Entidades
Públicas, para que apoyen este tipo de iniciativa.
Señores
dirigentes eso es cultura, cultura popular, pero cultura al fin y al
cabo.
Sin caer en la demagogía, si se gasta dinero en fuegos artificiales, alumbrados, etc. Acuérdense, aunque sea un poquito del teatro.
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