Publicado en Blog Noticias San Martín del Tesorillo el 04 de agosto de 2015.
A mi modesto modo de entender, hay situaciones que esas emociones con lloriqueo incluido pueden que estén justificadas, permítanme algunos ejemplos, el jugador que se ha formado en la cantera que tras 15 o 20 años, bien se retira o ficha por otra liga menos exigente, o el que muy joven es fichado por determinado club y cuando adquiere calidad suficiente da un salto cualitativo y ficha por otro de mayor calado con ficha muy superior y pingües beneficios para el club de origen, en ambos casos las lágrimas y los compungidos pueden estar justificados.
Pero no deja de ser un tanto esperpéntico, aquel que tras dos o tres temporadas ficha por otro club con más categoría y mayor presupuesto, con el aumento consabido de ficha, a la hora de marcharse afloran los llantos. Yo entiendo que son profesionales, que la carrera de un futbolista es corta por tanto las oportunidades hay que aprovecharlas, pero por favor déjense de lágrimas.
Aún es más chocante, que esa misma imagen se está repitiendo en clubes de categorías inferiores, en la fecha en que redacto este escrito acabo de leer en la prensa, como en un equipo de la comarca se despedía un jugador, con llantina incluida. Será porqué la condición humana nos hace imitar a los que estén en niveles superiores en lo profesional o en lo personal, o simplemente es porque estamos completamente chalados.
A esos millonarios, que lloran el día de su marcha, yo les diría que como tienen su vida solucionada con el dinero ganado y el que está por ganar, si como dicen quieren tanto a unos determinados colores, simplemente no fichen por otro equipo seguro que hará inmensamente feliz a una afición que los idolatran.
A un servidor de ustedes personalmente no me convencen esos llantos, son lágrimas de cocodrilo
Francisco Quiros "Pacurro"
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