domingo, 3 de febrero de 2019

Seña María " La Murciana". Una vida marcada por la desgracia

Tres hermanos Cuenca Hidalgo. De izquierda a derecha. Jesús, Aurelia y Antonio. Los tres desaparecidos en la Guerra Civil .
En nuestra galería particular de personajes, traemos hoy a  María Hidalgo Pomares, conocida como seña María " La Murciana".
Natural de la localidad alicantina de Bigastro, no se sabe a ciencia cierta, puede  que debido a la cercanía entre provincias le asignaran el gentilicio de murciana. O tal vez, que en determinada época de nuestra historia, se asentaran en nuestro pueblo, personas venidos de Murcia, y bajo ese apelativo fueron identificados todos los que llegaron en ese tiempo, tanto de Murcia como Alicante.


No hemos econtrado ninguna fotografía suya, hasta cierto punto es normal, pocas ganas de retratarse tendría con la vida que le tocó vivir. Falleció el 24/01/1970 a los 85 años, por tanto vino al mundo en 1885 o 84.
Hemos recabado información a través de mayores que la conocieron, nietos, pero la fuente que más dato ha aportado, no ha sido otra que nuestra centenaria María Zalea.
Pacurro, la recuerda, como una mujer de envergadura física, aunque no obesa, de estatura al rededor de 1,70 cms. Siempre vestida de negro, tocada con un pañuelo del mismo color. Seria, con un trato dulce y agradable. Pero que no era su forma de ser, quienes la trataron, cuentan, que era una mujer divertida, con ocurrencias graciosas y sobre todo una buena contadora de historias. Dejaba embelesados quienes la escuchaban. Los chiquillos de la calle y cercanías, le estaban solicitando constantemente que les contase historias. 


Vista área de Bigastro ( Alicante), localidad natal de  Seña María La Murciana.
Según nuestras informaciones, María, junto a su esposo Manuel Cuenca y todos sus hijos, llegaron a Tesorillo, cuando la Casa March, adquirió la Sociedad Agrícola e Industrial del Guadiaro a Los Larios, pudo ser perfectamente al comienzo de la década de los 30 del siglo pasado. No fue la única familia de alicantinos que recaló en nuestro pueblo, llegaron varias más, al parecer porque eran especialistas en los pimientos añoras. Ese grupo de familias se les conoció hasta hace bien poco, como los murcianos.


Fotos de Bodas de los Cuenca Hidalgo: A la izquierda María, que contrajo matrimonio con Juan Tirado Moreno, a la derecha Luciano con Juana Torres Cabrera. 

María parió al menos diez hijos, le sobrevivieron ocho. De esos ochos perdió cinco. Tres en la guerra civil, Jesús y Aurelia ( que al parecer estaba embarazada), esos dos  desaparecidos en la huida, nunca más se supo de ellos, Antonio murió en el frente. 

 María Zalea, me contaba que ya mayor nuestra protagonista, le comentó en más de una ocasión, que había visto a su hijo Jesús y que en otra ocasión una persona desconocida, le comentaba que Jesús seguía vivo. Ahí lo dejamos, que cada cual haga su conjetura.
Dos, Manuel y María, cuando ambos ya estaban casados, con hijos menores en el mundo, fallecieron a causa de la tuberculosis, entremedias de esas muertes, su esposo Manuel Cuenca, llegó un día de la calle, se sentó en el escalón y muerte súbita.
Soporto una vida muy dura, en lo económico, se instalaron en la calle Larga en un casón destartalado, que compartieron con la familia de Francisco Sánchez González ( Zalea), ocupando la parte superior, donde tuvieron que habilitar un pajar como vivienda.
No creo que podamos hacernos una idea ni siquiera aproximada de lo que supone perder cinco hijos, con el agravante,  que dos de ellos no saber que suerte corrieron


José Cuenca Hidalgo. Otro Cuenca que falleció
relativamente jovén, eso si después que su madre

María hizo suya la frase " Nadie se muere de pena".En nuestras hogares, en los bares, en la calle, cuando ocurría algún suceso desgraciado. La frase de nuestros mayores " No se murió de pena Seña María La Murciana, no se muere nadie".
A pesar de tanta desgracia, no perdió el buen humor,  simpatía, bondad y amabilidad, con el prójimo, una mujer sabía aunque careciera de formación.
No obstante me indicaba María Zalea, que durante un tiempo compartió inmueble y después fueron vecinas colindantes. Cuando estaba sola, lloraba desconsoladamente, siempre procuró que los que estuviesen a su lado, estuvieran alegres y contentos, sus sufrimientos se los guardaba para ella sola.
Quienes la recuerdan, lo hacen con devoción, reverencia y admiración para una mujer que la pena y la desgracia se cebaron con ella , pero que en la medida de lo posible supo sobreponerse 




2 comentarios:

  1. Después de leer su reseña sobre la familia Cuenca en el Tesorillo, tengo que decir que soy nieto de uno de los hermanos Cuenca Galiana que fueron a trabajar, además de otras familia de Bigastro, a ese pueblo. Mi abuelo era Joaquín Cuenca, hermano de Manuel Cuenca que era el esposo de Seña María. Soy hijo de Marciano Cuenca Grau, nacido en el Tesorillo. Y es con respecto a lo que usted indica que esta familia arribó al Tesorillo en la década de los 30 del pasado siglo, en lo que advierto un error, puesto que mi padre nació ahí en 1918. Mi abuelo llegó desde Bigastro (Alicante) con dos hijos: Alfredo (que fue asesinado en la guerra civil) y Adelaida; y alli, en Tesorillo, nacieron otros dos: mi padre Marciano en 1918 y Josefina en 1925.
    Ruego me disculpe por este atrevimiento, que espero sea de utilidad a la información que usted tenga,
    Un cordial saludo de
    J. Alfredo Cuenca Escobedo

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  2. Sr. Alfredo, le agradezco su aclaración, por lo oportuna e importante a la vez. Mis anacronismo a la hora de recopilar la historia es consecuencia, que tuve que consultar con personas de avanzada edad, para que me informasen al respecto, de memoria, lógicamente no recordaron la fecha aproximada en la que su familia llegó a nuestra localidad, por eso lo oportuno de su intervención. Como administrador del blog, le estoy enormemente agradecido. Un inciso, solo soy una persona sin conocimientos periodísticos, ni mucho menos, un modesto aficionado y ya es mucho, quedo a su disposición. Un afectuoso saludo

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