Esteban agachado el tercero por la derecha. Al que le tienen posada una mano sobre su cabeza |
Esta foto no es nueva, ha circulado por la red, pero días pasados uno de sus componentes, posiblemente el único que aún permanece entre nosotros, Esteban Rueda Borrego, me la recordó ( la portaba muy bien envuelta en su vehículo) . Coincidimos hace pocas fechas a la salida de nuestro ayuntamiento.
Esteban cuenta 87 abriles, se encuentra en un estado de forma envidiable, conduce y trabaja en sus fincas , huerta, ganado y lo que se tercie. Mostrándome la foto, me dice que se trata de la quinta del 55 (1955), o sea hace la friolera de 65 años. Me hace identificar a varios tesorilleros, que ya no están entre nosotros y me advierte, que el grupo lo componen varios murcianos, que se encontraban trabajando en el pueblo y que se unieron a la talla.
Durante mucho tiempo, el primer domingo de abril, los quintos nacidos en un determinado año, eran llamado al ayuntamiento de Jimena a tallarse. Ese día te pesaban y medían, te preguntaban si tenias alguna enfermedad o algo que alegar y poco mas. Al año siguiente todos los jóvenes mayores de edad, se incorporaban a filas, en determinados reemplazos, el periodo de permanencia en filas varió según los años, marinería e infantería de marina, su tiempo de permanencia era mayor.
El nombre de quintos, viene dado porque en el siglo XV, Juan de Castilla dispuso que un quinto de los jóvenes varones, tendrían que prestar el servicio militar. Esa costumbre volvió a retomarla Felipe V ( El primer rey de la dinastía de los Borbones ) ene el XVIII . Con el tiempo todos los jóvenes o casi todos útiles tendrían que prestar el servicio militar obligatorio, hasta el 2002 donde dejó se ser obligatorio, pasando a tener unos ejércitos netamente profesionales.
Retomando la fotografía, está captada en el castillo de Jimena, era visita obligada. Por cierto a comienzo de los 60, una quinta de Tesorillo, su comportamiento en dicho lugar no fue el mas adecuado. Los Municipales de aquel entonces, les reclamaron para que firmasen un papel que se había quedado atrás, donde realmente terminaron fue en los calabozos municipales.
A partir de ese entonces, transmitido de quinta en quinta, los quintos de Tesorillo, se tenían que hacer notar. La mía concretamente nos desplazamos con un galgo, al cual le colocamos un cencerro ( por aquello del refrán, no quiero perro con cencerro). Cuando nombraron al que portaba al can, intento llevarlo consigo al lugar de la talla, un municipal se lo impidió. Recuerdo la frase del sufrido policía " Muchachos otro año, es que los tesorilleros no os cansáis".
Esta es la pequeña historia de esta foto, seguro que muchos jóvenes de hoy, las palabras, quinta, talla, les suenan a chino.
Pacurro, diciembre 2020
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