martes, 19 de marzo de 2024

Teatro de pueblo, lo llaman: Salvador Delgado Moya




TEATRO DE PUEBLO, LO LLAMAN.


Ciertamente, los condicionantes eran propicios para pasar una buena tarde.

La predisposición estaba. Y los factores necesarios iban apareciendo según transcurría la velada.

Como bien vimos, salón a rebosar y nervios tras un cortinaje que camuflaba una grata sorpresa para el espectador. Y los llaman “actores y actrices de pueblo” sí, sí, de pueblo…

Pues bien, evidentemente no estábamos en el teatro de La Latina, ni por supuesto el glamour postizo se pavoneaba en los aledaños del edificio, y sobre todo, no se desembolsó ni un euro para condicionar que se pertenecía a una “banda” elitista.

Lo de la tarde del sábado, simplemente fue felicidad, algo muy necesario y escaso en los tiempos que corren. Y es tan sencillo cómo que, gracias a vuestro esfuerzo, a vuestra constancia, a vuestro compromiso, habéis hecho algo mágico, hacernos reír y hacernos feliz.

Y la fórmula sólo la sabéis vosotros. Es curioso la simbiosis que se produce. Nos habéis brindado vuestro tiempo a cambio de risas, carcajadas y momentos de perplejidad. El trueque para el espectador fue perfecto.  El cóctel de improvisación, ensayo, ironía, nervios era incompleto… faltaba lo fundamental, faltaba el condicionante imprescindible para llevar a cabo todo esto, y no es otra cosa, que el talento.

El talento innato para musicalizar una tarde con aplausos; la profesionalidad, sí, la profesionalidad para hacer por arte de magia, reír a carcajadas; la modestia para sin apenas recursos escénicos, crear el ambiente ideal para vivir la obra; el tesón para simplemente ser brillantes….

Al director, a los actores y a las actrices, de corazón, muchas, muchas gracias. No sois conscientes del bien que hacéis. Este tipo de actos, deberían ser disfrutados bajo prescripción médica, porque se agradece, que de vez en cuando, el cuerpo, la mente y el alma sonrían al unísono…

Gracias y por favor, seguid así mucho tiempo. Puede que no os otorguen ser “un bien cultural por la Unesco”, pero sí sois “Una necesidad y un orgullo para vuestro pueblo”.

Lo dicho, gracias infinitas.


Fdo. Un mero espectador del talento y el talante.

Nota: Ante este escrito, ante la calidad y calidez del texto, solo queda decir ¡ GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! ( Grupo de Teatro 2 de Octubre) 

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