Hay fotos que hablan por sí solas. Esta, por ejemplo, encierra el secreto de un café bien hecho, con mimo, con oficio, con profesionalidad. Es el café del Bar La Parada, en la calle San Roque de San Martín del Tesorillo, donde Miguel Ángel y Yolanda llevan años demostrando que la calidad no necesita gritar, solo mantenerse firme día tras día.
Ellos no son amigos de la publicidad. Su mejor reclamo es el boca a boca de los clientes satisfechos, esa cadena silenciosa que se extiende por toda la comarca y que termina por convertir un simple bar en una referencia. Porque en La Parada no solo se toma el mejor café en muchos kilómetros a la redonda: sus desayunos, son igualmente de extraordinarios
Tostadas generosas, bocadillos bien hechos y ese ambiente tan difícil de lograr —cercano pero no empalagoso, amable pero sin artificios— completan una experiencia que hace que uno se sienta como en casa.
Y si a todo eso le añadimos una limpieza absoluta, el resultado es el de un establecimiento ejemplar, de esos que honran el oficio de la hostelería de verdad, la que se gana el respeto con cada servicio y con cada sonrisa.
El Bar La Parada es, sin duda, uno de esos lugares que hacen pueblo. Y cada sorbo de su café lo confirma.


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