La Democracia amenazada y rescatada
La primera fase de la Democracia. finalizó con las elecciones generales de Marzo de 1979 y las elecciones municipales de Abril de ese mismo año, en un ambiente de considerable normalidad, con pequeñas variaciones en la composición de Las Cortes Generales, respecto del resultado de las elecciones del 15 de Junio de 1977. UCD ganó 3 Diputados aunque perdió votos, en tanto que PSOE ganó votos y 3 Diputados, y el PCE ganó igualmente votos y 3 Diputados. La caída en votos y Diputados fue de Alianza Popular, que obtuvo sólo 10 escaños. Por el contrario, los partidos de la oposición ganaron abrumadoramente las elecciones municipales, constituyéndose ayuntamientos y Diputaciones provinciales presididos por el PSOE y en coalición con el PCE. La representación política de las instituciones políticas respondían a los resultados electorales y en principio, la estabilidad democrática se podía dar por consolidada.
Sin embargo, en el año 1979, con un nuevo Gobierno presidido por Adolfo Suarez, esta aparente quietud, se deterioró, de una parte, por los efectos de una nueva subida del precio del barril del petróleo, que se unía a la del año 1974, impactando nuevamente en la balanza de pagos, en el coste de los carburantes y en los salarios y las fuertes críticas de la CEOE. De otra parte, la rama militar de ETA prosiguió los atentados contra las fuerzas y cuerpos de seguridad, así como contra altos jefes militares, políticos y empresarios, creándose un fuerte malestar en el Ejército, con un total de muertos que pasaron de 66 en 1978, a 80 en 1979 y 96 en 1980. El sueño y la esperanza que se puso en la amnistía para resolver el problema del terrorismo se esfumó. De otra parte, surgieron fuertes disensiones dentro de los distintos grupos que integraban la Unión de Centro Democrático, de orientación ideológica muy diversas (democristianos, liberales, socialdemócratas y azules), que cuestionaban el liderazgo de Suarez y las directrices políticas del Gobierno para la nueva etapa, una vez aprobada la Constitución. Estas distintas circunstancias, llevaron a romper el clima político sosegado y dialogante, hasta entonces predominante, entre el Gobierno y la oposición. Ésta percibió una desorientación y debilidad de Adolfo Suarez por causa de la división del Gobierno, de las críticas de la CEOE y del malestar del Ejército, hasta el punto que gran parte de la oposición preocupada por la situación política, apoyó una moción de censura en Mayo de 1980 presentada por Felipe González, que aunque no fue aprobada en el debate del Congreso, dejó políticamente aún más debilitado a Adolfo Suarez y a su Gobierno. La moción de censura cerraba el modelo de concordia y dialogo que había caracterizado la Transición hasta entonces, porque se percibía en muchos ambientes que Adolfo Suarez y la UCD eran factores que no contribuían a la estabilidad democrática. Los hechos se precipitaron en los últimos días de Enero de 1981, con la dimisión de Adolfo Suarez, la propuesta de UCD de elegir a Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente de Gobierno y el intento fallido de golpe de Estado liderado por los generales Jaime Milans del Bosch, Alfonso Armada y el teniente coronel Antonio Tejero el 23 de febrero de ese mismo año. La crisis política que se creó en el Congreso de los Diputados, con todos los parlamentarios y el Gobierno secuestrados por un grupo de guardias civiles armados y disparando sus metralletas, que solo obedecían las instrucciones del teniente coronal Antonio Tejero y del general Jaime Milans del Bosch, ofrecía una imagen esperpéntica. Estos hechos nos retrocedían a 100 años en la historia de España, cuando la oposición política ganó una moción de censura contra Castelar, hasta entonces presidente del Consejo de Ministros, y el general Pavía, capitán general de Madrid, disolvió Las Cortes en los primeros días de Enero de 1874. La única diferencia esencial con aquel golpe militar, fue que el 23 de Febrero de 1981, el Rey Juan Carlos salió en defensa del orden constitucional y los capitanes generales de las distintas capitanías regionales militares le obedecieron. Tanto los generales Jaime Milans del Bosch como Alfonso Armada y otros jefes militares fueron juzgados y condenados, siendo presidente Leopoldo Calvo Sotelo. Para nuestra generación, la intervención del Rey Juan Carlos, aunque no únicamente, fue decisiva para rescatar la Democracia del franquismo en 1977 y de las manos de los golpistas en 1981. Son hechos probados e incuestionables. A lo largo de cinco años, la Democracia española realizó el tránsito desde la Dictadura a un sistema político cuyos fundamentos y valores eran: La Libertad, la Justicia, Igualdad y el Pluralismo propias de un Estado Social y Democrático de Derecho. A esos años excepcionales se les llamó la Transición Española, ante la admiración de propios y extraños, a pesar de los errores, desaciertos, tensiones, momentos de zozobra y la sangre derramada por causa del terrorismo de distinto signo. En la historia y para las generaciones futuras, quedarán reconocidos sus protagonistas, a los que muchos llamaron aventureros e idealistas, como los verdaderos artífices de tan extraordinaria transformación de España.
Jerónimo Sánchez Blanco, nació en San Martín del Tesorillo (Cádiz) en 1942. Obtuvo la Licenciatura y el Doctorado en Derecho, así como la Licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.
Asimismo cursó la Licenciatura en Dirección y Administración de Empresas en la Escuela Superior de Dirección de Empresas en Madrid.
Durante dos décadas ha sido profesor en las Facultades de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM y de la Universidad Pontificia Comillas, de Madrid. Esta actividad universitaria la compaginó con diversas responsabilidades, sucesivamente en el Banco de Crédito Industrial, el Crédito Social Pesquero, el Instituto de Crédito Oficial y el Banco Exterior de España.
En la Transición desarrolló una intensa actividad política, siendo elegido Diputado del Congreso por Cádiz en las Cortes Constituyentes de 1977-1978, donde participó en los debates y aprobación de la Constitución de 1978, por lo que es reconocido como miembro de la Orden al Mérito Constitucional.
Ha escrito varios libros sobre economía, política e historia, y continúa dictando conferencias y participando en diversos Congresos y Jornadas de debate.
Vaya desde aquí nuestro más sentido agradecimiento por honrarnos con sus colaboraciones.
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