sábado, 5 de julio de 2025

Un pionero del comercio

 






 

Aunque el paso del tiempo ha deteriorado la imagen, la fotografía guarda un testimonio valioso de nuestra historia local. Data de 1927, hace ya casi un siglo, y muestra la credencial profesional de un tesorillero: Juan Ocaña Oliva, ya fallecido, como **Agente Comercial Colegiado**.  


Quizá hoy muchos desconozcan el alcance de aquella figura. Un agente comercial colegiado era, y sigue siendo, un profesional autónomo que actúa como intermediario en el ámbito comercial, facilitando y promoviendo la venta de productos o servicios por cuenta de una o varias empresas. La colegiación, además, le otorgaba reconocimiento oficial, respaldo jurídico y acceso a determinados beneficios y garantías profesionales.

Detengámonos un instante en la fecha: 1927 En ese entonces, San Martín del Tesorillo no era aún un pueblo constituido como tal, sino una **colonia agrícola** dependiente de la poderosa familia Larios, que dominaba buena parte del valle. Dos años antes, la marquesa de Marzales, junto a su esposo Pablo Larios y sus hijos, se había instalado en la emblemática Casita de Campo, donde residieron hasta 1929. Fue entonces cuando los Larios vendieron la Sociedad Industrial y Agrícola del Guadiaro —incluida la colonia de Tesorillo— al banquero mallorquín Juan March


En medio de ese panorama agrario, dominado por fincas, jornaleros , la figura de Juan Ocaña Oliva emerge como singular y adelantada a su tiempo. No es descabellado pensar, aunque lo afirmemos con la prudencia que exige la historia, que pudo haber sido **el primer agente comercial colegiado de Tesorillo**. A la fecha nos remitimos.


Un testimonio pequeño en apariencia, pero que guarda el eco de una época 

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