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La presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género del Consejero General del Poder Judicial (CGPJ), Ángeles Carmona, ha afirmado que los piropos suponen una "invasión a la intimidad de la mujer" y por lo tanto deben ser "erradicados". "Nadie tiene derecho a hacer un comentario sobre el aspecto físico de la mujer", ha aseverado la secretaria judicial y experta en violencia de género sobre los piropos, si bien reconoce que estos pueden ser "bonitos, buenos y agradables”.
Siempre con el debido respeto, quiero hacer las
siguientes matizaciones...
En primer lugar no se debe confundir para nada el
piropo con la grosería, la impertinencia o la frase indecente. La segunda
matización es su uso y abuso. Se
entiende que no procede el requiebro indiscriminado
sin control alguno, como todo en este mundo, tiene su momento y su lugar
Ahora bien considerar un piropo una invasión en la
intimidad de la mujer no llego a entenderlo. Si
una mujer que se ha arreglado, que viste un atuendo que le favorece, se
ha esmerado en el maquillaje o simple y llanamente porque si, dedicarle una lisonja como “Que
bien te sienta el rojo”, “Que guapa vas”
o “¿Han abierto el cielo? porque los Ángeles están fuera”. Si te reencuentras con una conocida que hace tiempo que no tenía
noticias de ella, una vez que la saludas
le dedicas un “Estás incombustible, no pasa el tiempo por ti”.
Sinceramente no creo que nada de lo anterior
pueda ser algo perjudicial o que afecte negativamente a quien la recibe.
La Sra. Carmona reconoce que pueden ser bonitos,
buenos y agradables, no deja de ser una contradicción que algo que lleva
consigo esos tres buenos caracteres haya que erradicarlo.
Que quede meridianamente claro, a las mujeres que no admitan el piropo en
ninguno de los casos las entiendo y respeto. Yo aplicaría la máxima que viene a
decir, que en el término medio está la
virtud.
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