Quiero plasmar en este relato, la indignación, impotencia,
desencanto, hastío y apurando hasta asco. De un licenciado de una
carrera de ciencias.
Les cuento: Me comentaba esta joven persona, que le costó lo suyo
poder graduarse como licenciado, que el paso por la universidad, fue
todo menos placentero.
Tuvo que aguantar estoicamente, injusticias de profesores, sabios
pero chiflados, sin humanidad y con claro menosprecio a determinados
alumnos, entre los que se incluía. Una vez fue expulsado de un
despacho de un catedrático, de malas maneras, cuando fue a
solicitarle una revisión de examen de desarrollo, ya que la nota
obtenida era un 4,95. Un viejo decrépito sin educación alguna, le
expulso violentamente, sin atender a razones.
Al final no sin muchos esfuerzos, consigue licenciarse. Pero ahí no
acaba la historia, para acceder al mercado necesita un máster. Nueve
meses de clases y un desembolso para su familia. La cual no está
pasando dificultades, pero las rentas llegan justitas. Eso lleva
implícito , sacrificios para sus progenitores. Renuncia a
vacaciones, su madre se apaña con la ropa de temporadas anteriores,
etc. etc.
Estalla la maldita crisis y nuestro personaje, se ve con una
licenciatura, un máster, una infinidad de cursos y similares. Da el
perfil de la generación , los mejores preparados de la historia,
pero sin trabajo.
Comienza una entrega de currículos por doquier, sin resultado
alguno. Es más en más de un sitio lo rechazan , por estar demasiado
preparado, ¿ como se como eso?.
En mitad de la crisis, sale un programa de la administración, al
parecer la central, para incentivar el empleo juvenil, para menores
de 25 años. Mala suerte nuestro licenciado, tenia por aquel
entonces 27 años. Seguro que pensó , mis padres podrían haberme
concebido un poco más tarde.
Después de un periodo, vio un poco de luz al túnel. Consigue un
contrato como becario. Becario es sinónimo de explotado.
Cuatrocientos euros y persona para todo y calladito, porque la cola
para entrar es kilométrica.
Pasado un año, consigue mejorar su situación laboral, le contratan
a tiempo parcial, veintisiete horas semanales, el salario lógicamente
se eleva, pero no la proporción debida, con otra anomalía, las
horas realmente trabajadas superan las cuarenta semanales. Y repito
sin rechistar, si no a la p... calle. La explotación continua.
Recientemente ve en los medios la siguiente noticia. La Junta de
Andalucía destinará 61.561.696€, para un programa operativo para
el empleo juvenil en edades comprendidas entre los 16 y 30 años,
para graduados superiores o ciclo superior de formación profesional.
Ese dinero les será asignados a las distintas universidades
andaluzas, para su puesta en ejecución.
Esta persona de la que nos ocupamos, supera por poco los treinta,
por tanto fuera de ese programa. Dándose la circunstancia, que
compañeros de trabajo menos formados, pero más jóvenes se
beneficiaran de ese programa, pasarán a cobrar unos mil seiscientos
euros mes netos
No sin ironía muy amarga me comentaba. A pesar del esfuerzo de mis
padres, de sus renuncias, de sus sufrimientos, de las lágrimas
derramadas por mi madre cuando suspendía alguna asignatura. A pesar
que siempre creyeron en mí, alentándome a proseguir mis estudios , que nunca desfalleciera, a pesar de todo, no les perdonaré
nunca que me trajeran a este mundo antes de tiempo. Porque yo
pertenezco a la generación de los olvidados, los que no existen, ya
que cometimos el terrible pecado de nacer antes de tiempo.
Terminaba con la siguiente reflexión. Me paso por el arco del
triunfo el artículo 14 de la Constitución. Que no me digan, que
los españoles somos iguales ante la Ley
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