Hace pocas fechas, apareció en Facebook, la
fotografía que acompaña a este escrito. En ella se denunciaba el supuesto
estado de abandono de un pollino. Información del todo falsa como quedó
demostrado.
La noticia corrió por la red, más rápido que
la pólvora. A las pocas horas de su publicación,
había tenido más de tres mil visitas y la compartieron al menos doscientas
personas.
El revuelo
fue total, se recibieron un gran número de llamadas, interesándose por el
estado del burrito. Unas en tono cordial, otras no tanto. Una protectora de Málaga, concretamente El Refugio del Burrito, se ofreció hacerse
cargo del animal.
Tanto
transcendió la noticia que dos agentes, de la Policía Nacional adscrita a la
Junta de Andalucía, la conocida como Policía Autonómica, intervino de oficio.
Comprobando que lo publicado, no tenía
nada que ver con la realidad.
Que conste
que no tengo nada que objetar, que la gente se preocupe por el trato a los
animales. Para nada un animal deba ser maltratado o no tenga las condiciones idónea
mínimas e indispensables de vida.
Afortunadamente
nuestro ordenamiento jurídico, recoge como delito el mal trato animal, al
margen de otras disposiciones administrativas que sancionan infracciones al respecto.
Dicho lo cual, la noticia me hace reflexionar en lo siguiente:
Con el riesgo de caer en la
demagogia. Si en vez del burro, aparece en la foto, una persona. ¿La reacción
hubiese sido la misma?
Esto viene a demostrar que antes de hacernos una opinión, reaccionar,
tomar una decisión, sobre las noticias publicadas en las redes sociales, debemos
ser muy cautos. Porque hay mucha mentira y mucha falacia, circulando por el
cíber espacio
Visto lo visto, se puede aplicar el proverbio chino, dicho popular o
lo que fuere que dice.
No te creas nada de lo que te
cuente. De lo que veas solo la mitad.
I
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