Creo que todos, somos
conscientes del drama de la inmigración. Tragedia a la que nuestro país no es
ajeno, al ser destino o zona de paso a otros prósperos lugares.
Esas personas que se lanzan a
la aventura, poniendo en riesgo sus vidas, desgraciadamente muchos perecen en
el intento. Imágenes tenemos hasta la saciedad de tan terribles sucesos.
Una vez en la tierra
prometida, la mayoría no alcanza el trabajo deseado, viéndose avocados a
trabajos temporales, explotados, mal pagados en pésimas condiciones de
seguridad e higiene.
Otros tienen que recurrir a
actividades no conforme a las normas, ejemplo más significativo, los
archiconocidos manteros. Más terrible es el caso de muchas mujeres, que son
explotadas sexualmente.
Pero acarreo aquí, dos casos
positivos, alegres, diametralmente opuestos a todo lo relatado anteriormente.
Se trata de un senegalés
llamado Seydu Ly. Seudy vino a nuestro país en patera, cuando solo contaba
catorce años, estuvo a punto de morir en la travesía. Se acogió a un programa
de integración de la Fundación Mahou San Miguel.
En la actualidad cuenta
veintisiete años, siendo un excelente camarero, profesión que ejerce en el bar
El Kiosco, de la calle madrileña Ferraz. Sus cualidades profesionales han
transcendido, tanto que ha sido objeto
de una entrevista en una de la más importante cadena de radio. Siendo
igualmente noticia en varios periódicos de tirada nacional.
El segundo caso lo protagoniza
un español nacido el Marruecos Ilias Fifa. El cual entró de forma clandestina
en España, en los bajos de un camión, no hace falta más comentarios para
hacerse una opinión de los riesgos contraídos.
Ilia , buscó su medio de integración a través del deporte,
más concretamente del atletismo. Se nacionalizó español. Consiguiendo la
medalla de oro en los cinco mil metros, en los recientes campeonatos de Europa.
Cuando en la ceremonia de
entrega de medallas, escuchábamos el
himno nacional y veíamos el izado de nuestra señera nacional. Para nada
nos importaba que el atleta fuera moro,
que se colara debajo de un camión.Lo mismo que nos sentiremos
encantado, si en el Bar el Kiosco, nos sirve un senegalés venido en patera.
Otra cosa sería si los viésemos trabajando en la
obra, labores agrícolas o cualquier otra ocupación. ¿Pensaríamos? Estos vienen
a quitarnos el trabajo
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