Pacurro |
Antonio Montano, (segundo apellido de su abuelo). Es una persona con toda la gracia del mundo. La tiene como un don de la naturaleza, como el que canta bien, juega al fútbol o es un coco en matemáticas.
Las ocurrencias graciosas, el arte para contar las historias aderezadas con mil mentiras, que todos sabemos que lo son, pero que divierten , les salen espontáneamente.
Yo que le conozco desde siempre, jamás le he visto enfadado. Y si lo está le dura dos minutos. De cualquier contrariedad, le saca partido positivo y al final no tienes más remedios que reírte con él, no de él.
Tiene miles de anécdotas graciosas . Experto conductor, un auténtico virtuoso a la hora de maniobrar con un tractor con remolque incluido, ganador de varios premios de habilidades con dicho vehículo.
Antonio el tercero de la izquierda en el Bar Central. Años 70 |
Les cuento una de sus miles divertidas locuras. Se celebraba La Misa del Corpus de 1971, por tanto feria en nuestro pueblo. La comisión de fiestas, había habilitado un equipo de megafonía en un turismo. Antonio sin pensarlo dos veces. Coge el automovil, ,comienza a utilizar la megafonía, recorriendo toda la población . Con la ingeniosidad que le caracteriza, anuncia combates de boxeo, pulso al palo, y otros disparatados concursos, entre personas, algos peculiares de la población, algunas muy relevantes, en aquel año. Se mete con familiares propios, abuelos, tios, etc
Con solo decidle, que el siempre severo cura Menchén, en plena celebración de la misa, esbozó una sonrisa que no pudo disimular. Las risas y el jolgorio fue generalizado.
¡Ojalá, existieran más Montanos!
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