Foto publicada en la página Quiero a Tesorillo. |
Apenas poseemos datos biográficos del personaje que nos ocupa, que no es otro que Doroteo Vallecillo Mena, barbero de profesión, y músico de afición, aunque dudamos en que orden hemos debido colocar, profesión y afición.
En la fotografía el primero de pie, con la navaja de barbero en la mano. A pesar de la falta de datos, queremos recordarle, ya que en su tiempo fue un personaje muy popular y querido.
Vivió en la calle Las Torres, esquina calle Cuesta, en su domicilio instaló la barbería. Periodo desde los cincuenta hasta principios de los ochenta.
Persona buena y simpática como el que más. Solterón, vivió con su hermana Catalina, separada, que fuera la taquillera oficial del Cine San Martín, conocido popularmente como cine Macías.
Músico junto con su hermana Catalina, hacían un dueto de guitarra y laúd.Aunque anteriormente hubo un tercer componente , otro hermano Pedro, barbero igual que nuestro personaje , que se afincó en San Enrique, excelente profesional, tanto que era conocido, como " Manitas de Plata", En muchas ocasiones fueron contratados para los bailes de antaño de los cuarenta y cincuenta .Por cierto grandes músicos. Existió una cuarta hermana Angelita, que no practicó la música, la menor de los cuatro hermanos.
Poseía un gran sentido del humor, su barbería era lugar de reunión y encuentro , donde las bromas y los chascarillos, estaban a la orden del día . De camino se cortaba el pelo y/ o afeitaba.
Las prisas y las urgencias, no formaban parte del ideario de Doroteo. En pleno corte de pelo, podría ausentarse y marchar a la tienda de Laureano, que estaba junto enfrente, para tomarse una cerveza, o ir a la Caja de Ahorros, para hacer una gestión , es lo que había , lo tomabas o lo dejabas.
Recordar, que coincidiendo en el tiempo con Doroteo, existieron otras barberías en nuestra localidad , como la del maestro Alfonso Medina, en la calle Real y la de Cristóbal Gil en calle San Francisco.
El tener pelo largo era signo de dejadez y mal visto por gran parte de la sociedad de entonces . Además como la mayoría de los clientes, eran personas de campo, pues acudían una vez terminada la jornada, por eso el horario de los sufridos barberos se alargaba en demasía.
En vísperas de Navidades y de Feria, se producían largas colas de espera. Todo o casi todo el mundo, pretendia estar esas fechas con el pelo recién cortado, por lo que sin remedios se producían aglomeraciones, prolongándose la jornada hasta altas horas de la madrugada.
En resumen, un buen hombre, sencillo, cordial , simpático y que sin temor a equivocarnos, caía bien a todo el mundo
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