¿ NOS ESTAMOS EQUIVOCANDO?

COMENTARIO: El relato que viene a continuación , está circulando en la red, su autor o autora no viene al caso. Considerando que es un problema de actualidad, hemos considerado por su interés reproducirlo 

Mi padre me dio dos únicos tortazos en toda mi vida. No uno, no tres, no me golpeó de cualquier manera, fueron dos tortazos a mano abierta en la mejilla, sin dejarme la cara señalada, sin reventarme un ojo....no, dos guantazos de padre, de esos que no olvidas en tu vida, de los que es más la sorpresa y el desconcierto que el dolor infringido. Dos tortazos merecidos, advertidos, avisados con la antelación mas que suficiente para incitarme a reflexionar. Mi madre era otro percal. Zapatillazo, "samarrá" de orientación convexa a mano abierta en el trasero, y ojos asesinos, dientes apretados y dedo índice en movimiento con advertencia implícita de "te la estás ganando!!!". Gracias mamá!!!!!

Pero mi padre dos.

Por romper algo? No. Por un descuido involuntario? No. Por sacar malas notas? No. Por FALTARLE EL RESPETO A UNA PERSONA!!! 

El primero me lo calcé con 11 años. El segundo con 14. El primero por faltarle el respeto a un vecino que me pidió por favor que no diera balonazos en su muro del chalet porque le estaba manchando la pared. El segundo por contestarle a mi madre como una arrabalera. 

Y después tuve que pedir disculpas por mi comportamiento.

No hubo un tercero, nuuuunca mas!.... Ana es lista!

Estoy traumatizada? Ni de lejos. Gracias papá! Pensé en denunciarlo? Me parto!

Estoy en casa, barriendo los patios, y acabo de escuchar en la calle a un mico de apenas doce años decirle a su madre "me tienes hasta los huevos, amargada!!!!". "Que me dejes te digo, jod....!!!!". Mientras la voz de la madre iba desapareciendo entre los golpes y gritos del niño ha aparecido el padre... "Es que eres cansina jod.... si sabes cómo se pone no le des la murga!!!!! Déjalo y ya está!!!! La madre dice..."llevo desde las 9 diciéndole..." y el niño vuelve a gritar..."pues lo haces tú, no te jod... que yo no soy tu exclavo"

Justo cuando mi cuerpo me ha pedido salir a la calle a darle al niño un escobazo, meterle el pie en la boca al padre, y darle mi más sentido pésame a la madre, he escuchado los portazos del coche y se han largado.

Y así me quedo, barriendo mis patios, anonadada, y eternamente agradecida a unos padres que se pasaron la vida besándome, queriéndome, protegiéndome, educándome...que para ellos hacerme reflexionar sobre mi comportamiento y mis actos eran el pan suyo de cada día. Una madre que ejerció de madre. Y un padre que ejerció de padre. 

No eran mis colegas, no eran mis amigos, no eran mis camaradas... eran mis padres. En cada etapa diferentes. Con cada fase, diferentes. Mis padres.