miércoles, 7 de agosto de 2019

Adiós Amiga. Por Salvador Delgado Moya




Se sabe a ciencia cierta que las corazas protegen de elementos externos que te pueden producir dolor, pero lo de estas semanas no tiene parangón.
  Porque se  ha liberado la incomprensión, la rabia, descolocando emociones, divagando entre realidades muy dolorosas... nos has roto la coraza, has dislocado el futuro de muchos, has repartido a diestro y siniestro cantidades ingentes de resiliencia...



  Desde que te conocemos jamás dejaste de sonreír, incluso en momentos no tan óptimos.
  Parece mentira, que esto esté pasando. Estas son las miserias que la vida nos tiene guardada, unas miserias desbocadas que tocan almas llenas de pureza, jóvenes, bellas e inocentes.
¿y la lucha diaria, que significado tiene ahora?... Por supuesto, que el destino es impredecible, pero siempre revolotea cargado de maldad sobre almas puras, sinceras, luchadoras y necesarias en esta maldita vida.
  Muchos años de amistad, de confesiones, de risas y de lágrimas. Jamás creí que tuviera que escribir estos sentimientos de alguien que se ha ido, y menos de ti. Te velamos creyendo que era un mal sueño y no queríamos aceptar que el sueño eterno era el tuyo...
  Tu casa quedará vacía, los corazones rotos en diferentes puntos cardinales, los recuerdos divagando y el dolor insoportable. Pero fuiste una maestra en las desavenencias: luchadora, valiente, incansable, optimista,... quizás la tierra se te quedó pequeña para albergar ese gran corazón que poseías. Pletórica de vida, te vaciaron el alma.   Huérfana has dejado a tu familia y a tu legión de amigos . Esta riada de dolor desbocado te da la sensación de estar soñando, de estar inmerso en un maldito sueño.  ¿Qué haremos con las risas que nos quedaron?, ¿y con las confidencias, y con los abrazos? ¿ adónde te llevamos las flores el día de la madre? ¿y los regalos de tu cumpleaños? ¿y los amaneceres que te dejaste olvidados?... muchas, muchas preguntas y ninguna respuesta...
  Seguirá saliendo el sol, nuevos amaneceres y nubarrones en el corazón. Hay luto en tu calle, en tu pueblo, en el aire, porque la alegría se marchó. Dejaste huella por donde fuiste, impregnando de naturalidad y coherencia el día a día... Pero según dicen, hacías falta en otro lugar, eso será porque seguramente, en ese lugar hace falta mucha vida, y eso a ti, te sobraba...
  Batallaste toda tu vida con la contrariedad, con el sufrimiento, y seguías venciendo, pero la vida te traicionó; quizás por envidia, quizás por menosprecio, quizás por no asumir lo espectacular que fuiste, eres y serás.
  Algún día nos encontraremos de nuevo, mientras tanto, cuida a los que están contigo, cuídate y cuídanos. Ayúdanos en el día a día, sobre todo a tus hijos y tu marido.- demostrando su amor infinito.- , danos fuerzas necesarias para no flaquear ante esta injusticia que nos remueve las entrañas con tanto dolor.
  Amiga confidente, hermana perenne, madre ejemplar, esposa inigualable, mujer luchadora. Guardaremos tu risa, tu voz, tu alegría, tu amistad y vete tranquila porque en tu corta vida has enriquecido a muchas almas, y esas, seguro que no te olvidarán jamás. ¡Cuántos momentos en el recuerdo! ¡Cuánto te quedó por hacer! ¡Cuánto te quedó por descubrir! ¡Cuánto te quedó por amar! ¡Cuánto te quedó por vivir!...
  Te escribo y salen borrones, porque mis lágrimas manchan el papel de esta maldita realidad. Gracias por la complicidad, por enriquecer a todo el que te rodeaba, por transmitir pureza, verdad, bienestar y seguridad. Ayúdanos a levantarnos, a seguir viviendo, aunque jamás será igual sin tu presencia.
  Encarni, algún día nos encontraremos todos, haremos una fiesta, volveremos a reír, a soñar, a bailar, haremos las cosas que nos quedaron pendientes y continuaremos con ese lazo de amistad que la vida nos ofreció y que el destino celoso, nos lo ha arrebatado. Allí donde estés, sigue sonriendo, nunca dejes de hacerlo, esa era tu carta de presentación, y así siempre te recordaremos...
  Estos dos últimos has estado batallando  y siempre te has levantado, porque tu fortaleza era difícil de doblegar. Te lo debes a ti y a los tuyos. Sufridora en la soledad, heroína de muchos,
fuiste un ave fenix y que una maldita enfermedad sesgó las esperanzas sin esperarlo.
  Quedaron tus fotos, tus recuerdos, tus momentos buenos y no tan buenos. Se han quedado dos soles y un marido que jamás te olvidarán, porque siempre, siempre estarás ahí para amarlos  y enriquecer sus vidas...
  La magnificencia del cielo, es debido a la presencia de estrellas como tú.  
  ¡Nunca dejes de vivir!...
  Gracias por todo...
  Adiós Encarni, Adiós Hermana, Adiós Amiga...



     Fdo. Otro de tantos que jamás te olvidará

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