miércoles, 18 de marzo de 2020

Hablar poco, decir mucho: Por Pacurro


En estos días de confinamiento, he querido rememorar un relato de hace varios años, unos cuatro o cinco. Debido a la situación especial que vivimos lo vuelvo a publicar.

Recordando  un monólogo del  Showman  Manu. En una de sus extraordinarias actuaciones, relataba  una conversación entre hijo y madre (andaluces ambos). El hijo le pregunta ¿Mama tu me quieres?, la madre le responde, No, Ni, Na, añadía Manu, nunca tres negaciones habían afirmado tanto. Es evidente, no hay amor más grande que el de una madre hacia su hijo.
Esto me ha dado pie para considerar, que los andaluces, al menos los de nuestro  entorno, decimos mucho hablando poco. Van aquí unos cuantos ejemplos.
--Entras a unos servicios públicos el correspondiente wáter está ocupado, como en muchas ocasiones la puerta no tiene cierre interior, empujas la puerta e inmediatamente oyes una voz, que te dice “Eeeeeeeeeeee”, tu respondes, “Aaaaaaaaaaa”. Dos letras han sustituido a un,  Ocupado, usted Perdone.


--Te cruzas por una calle con un conocido que marcha por la acera de enfrente. Saludo “Ieeeeeeeeeeeeeeeee”, respuesta “Ayyyyyyyy”. En otros lares, el saludo hubiese sido más o menos el siguiente, “·Buenos días fulano”, respuesta “Buenos días mengano”.
--Llegas a un lugar encuentras alguien conocido. Conversación: ¿Qué pasa?, respuesta Aquí andamos. No hace falta preguntar más, todo está claro como el agua. No sucede nada extraordinario, la vida sigue igual.
--Algún conocido, que se ha tomado unas copitas de más y da muestras que está un poco piripi. Todo se simplifica diciendo “Este  tiene    la moto arrancada”. 
--Por lo que sea observamos que alguien está ofuscado, enfadado, nervioso, con cara de pocos amigos. “Viene con la escopeta cargada “
--Se tuerce la cosa, algo que esperábamos que transcurriera normalmente, surge alguna incidencia o contrariedad, compendiamos con un “No salen unas gasas aseas” o “Se meó el perro en los tomates”.
--El despistado de turno, inconsciente, aturdido etc. “Está ennortao”,  (ha perdido el norte). Definición perfecta y sencilla, más economía lingüística imposible 
--Detectamos que vienen a pedirnos un favor, que maldita la gracia que nos hace, “Por la burra viene”
--Queremos definir al hipócrita de turno, falso y mentiroso, pero con buenos  modales “Tiene palabritas de Semana Santa y acciones de Carnaval”.
--Te reprenden un error u equivocación, lejos de justificarte o disculparte “Las personas no somos escopetas”
-- Para demostrar que te da igual lo que suceda, que no va contigo el asunto en definitiva que pasas. “Me da igual el atún que el betún, los dos vienen en lata”.
--- La mala persona, dañina, insensible, egoísta, “Tiene gatitos en la barriga”
--Quieres indicar que se dejen las cosas como están, que es mejor pasar página por lo que pueda suceder “No le des un palo al avispero”.
- El quisquilloso/a de turno, que solo pretende buscarle las vueltas, examinando con lupa  todo lo que le concierne, pero siempre a su favor.”Tiene mucha letra menua”.
--El presumido de saber de todo, que nada se le resiste a su entente, la realidad es  que no sabe ni donde está de pié “Abogado de secano”.
Todo ello viene a indicar que los andaluces, para transmitir un  mensaje, saludar o definir alguien o  algo, en definitiva entendernos,  no nos hacen falta platicar mucho para decir bastante.
Visto lo visto, leído lo leído, están perfectamente habilitados para decir.”Vete con el cuento a otra parte”


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