jueves, 8 de abril de 2021

LAS FIESTAS ILEGALES: Patricio González García


Esto de las fiestas ilegales, me trae a la cabeza preguntas como, ¿ A qué se dedica esta gente mientras piensa con disimulo en participar por la noche en una de esas fiestas?, ¿Con qué tipo de personas se relacionan por obligación o por casualidad, por la mañana o por la tarde, para endosarles el riesgo de haberse contagiado con el coronavirus tras pasar una noche de juerga desenfrenada?, ¿Saben de estas fiestas sus familiares, sus vecinos o sus amigos?,¿Lo saben sus compañeros de trabajo o de estudios?. Porque todo esto es lo que más nos debe importar sobre los irresponsables comportamientos de quienes participan en esas fiestas y que vemos a diarios en los informativos.

Esta crisis del coronavirus, con sus medidas restrictivas y con esa necesidad de solidaridad y de civismo para poder atajar el virus, está sacando a la luz un número indeterminado de personas inadaptadas al orden social incluso para protegerse de un peligro mortal como el virus.
Antes de la pandemia, se asumía con demasiada normalidad la amplia gama de adicciones, depresiones, frustaciones, vacíos, ignorancias, pasotismos y negligencias. Ahora, todo eso es un problema gravísimo que nos perjudica a todos de manera individual y también colectivamente.
Gracias a las vacunas , esta pandemia se podrá ir controlando. Y seguiremos conviviendo con un cierto número de personas, sin saberlo, cuyo comportamiento ha sido y sigue siendo un disparate.
Estas personas no tienen la más mínima empatía hacia el prójimo y están más predispuestos a confiar más en el azar, en la suerte, que en las normas. Confían más en la arrogancia que en la seguridad.
Y se me viene otra interrogación: ¿Confiaríamos en ellos si supiéramos que son quienes nos atienden al teléfono para ofrecernos un servicio o que vienen a nuestra casa a hacer una reparación o van delante nuestra en coche en la carretera?.
Este fenómeno de las fiestas ilegales constituye un peligro, no sólo para quienes las llevan a cabo sino para el resto de los ciudadanos que podemos vernos afectados por las consecuencias en materia de contagios que pueden producirnos. No es una picaresca, es mucho más grave y habría que intentar atajarlas de raíz. Son ya demasiados los muertos. Suerte a todos.

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