Basándonos en las informaciones que hemos podido recabar, todo hace indicar que la Noche Vieja en Tesorillo transcurrió con tranquilidad no detectándose incidentes de relevancia.
La Carpa instalada en el complejo deportivo, a igual que la Noche buena pasada, funcionó con los protocolos de seguridad establecidos. Aforo limitado, pasaporte covid, mascarillas y distancias de seguridad, todo ello con seis agentes de seguridad privada, en prevención de posibles incidentes.
Pero como diría el castizo " No salen unas gachas aseadas ", una tarde noche más, los petardos se convirtieron en la nota discordante . Auténticos bombazos, con explosiones con alto grado de ruido, que ya sabemos, martirizan a animales domésticos, en especial perros, pero sin olvidar gatos y aves. Lo mas grave el daño que causan a los niños autistas.
No estamos en contra total de los petardos, entendemos que instantes después de las doce campanadas, se empleen elementos de pirotécnica , otra cosa es durante muchas horas, hasta bien entrada la madrugada , soportar los continuos bombazos, sencillamente irresistibles.
No salimos de nuestro asombro. El amor por los animales ha ido en aumento, se extravía un perro o un gato, su perdida se hace viral en la red. No nos cabe duda que entre esos que lanzan esos molestos petardos, están los que aman a los animales, inclusive poseen alguna mascota en casa. No llegamos a comprender cómo actúan de esa manera, a conciencia que hacen daños a los animales
Creo que en futura navidades, las autoridades deberían tomar cartas en el asunto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario