A finales de febrero pasado, quedamos sobrecogidos, sin acertar a creerlo, en pleno siglo XXI, había comenzado una guerra en Europa, un país soberano Ucrania, estaba siendo atacada por otro país , de manera cruel, por otro lado como son todas las guerras, crueles, inhumanas, salvajes y, todo lo que se quiera decir al respecto .
La solidaridad con los ucranianos, no se dejó esperar, surgieron voluntarios por doquier , se vieron gestos muy loables, mucha solidaridad, sacrificio, envío de material, comidas, caravanas, para acoger a refugiados ect. Todo maravilloso, hasta nos emocionábamos con tanta fraternidad con el prójimo.
El tiempo lo va amasando todo, conectamos la tele, vemos los informativos y casi nos hemos acostumbrado a ver las imágenes de destrucción, de cadáveres por las calles, es como si fuera algo cotidiano, es más los telediarios ya no abren con las noticias de la guerra de Ucrania, ahora lo que vende, es el último escándalo de ventas fraudulentas de mascarillas o el espionaje al presidente Sánchez y/o a líderes independentistas, con las bravuconadas de Rufián incluida.
Aquí en la zona, ya no tenemos noticias de organización de otras caravanas solidarias, que tanto proliferaron en los inicios de la invasión de Rusia a Ucrania. Eso no quiere decir que ONGS, no sigan ayudando, que las ayudas institucionales hayan cesado, me estoy refiriendo , a que ha desaparecido esta fiebre solidaria, del pueblo llano, puede que por otro lado sea algo normal, porqué todos tenemos nuestras responsabilidades, trabajo y familia a quien atender.
Con el debido respeto: La guerra continua y con más virulencia que al principio. Siguen existiendo necesidades básicas, refugiados, hambre, muerte, miseria, destrucción, etc.
Paqurro, mayo 2022
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