miércoles, 20 de julio de 2022

Árboles urbanos: Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid


F.QUIROS"PACURRO": 20/07/2022

Jesús Solís Trujillo ( No necesita presentación), En el día de ayer, en un post publicado en su perfil de Facebook, alertaba del peligro, un lo que el ha titulado, "Cultura Fanática por el Hormigón y el Asfalto", de ese estupendo texto, he entresacado la siguiente frase: 

Estamos creando calles sin árboles, construyendo parques infantiles sin árboles, eliminando zonas verdes y sustituyendo clorofila por cemento. 


Sin pretender ser oportunista, petulante, pero aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, en Mayo 2012 y en el desaparecido Tío Jimeno, con el título " Tesorillo empieza con T de Tala", venía a denunciar, las talas varias que se venían sucediendo en nuestro pueblo, a lo largo de los años



Cinco años mas tarde ya en Blog de Paqurro, reproducía el post, cosa que vuelvo a realizar, ya que lo entiendo oportuno,  las reflexiones de Jesús Solís,  me han motivado a ello 








miércoles, 17 de mayo de 2017

Recordando. Tesorillo comienza con "T" de Tala

Tal día como hoy hace cinco años, en el ya desaparecido "Tio Jimeno", publicaba el siguiente relato. Juzguen ustedes 

No deja de ser paradójico  que San Martín del Tesorillo, zona de estupendos naranjales por tanto lugar con  una rica y abundante arboleda, donde se crían (a fuerza de ser repetitivo) las mejores naranjas del mundo, tenga una actitud cicatera con los árboles ornamentales. Me explico.

Recuerdo que hace muchos años cuando era un niño en nuestra Plaza había dos grandes castaños salvajes, que entre otras cosas daban sombras en el periodo de calor, servía de cobijo para vendedores ambulantes etc., a la vez que embellecían el lugar.

Creo recordar que en la década de los sesentas talaron el primero, al menos quedo uno, pero años después correría la misma suerte su compañero, la historia continua con la eliminación de los dos cipreses que se alzaban majestuosamente a la entrada de nuestro cementerio municipal,  por aquel entonces ya había llegado la democracia, los argumentos esgrimidos sin ningún tipo de estudio u opinión de expertos, fueron  que corrían el peligro que  cayeran e impactaran contra los nichos.

Cada cierto tiempo como una especie de maldición, la tala continuaba, le tocó el turno a los castaños que crecieron al borde de la carretera que nos une con Montenegral, cada vez quedaba menos leña que cortar.

Pero he ahí que ya en el nuevo siglo, un pino de la especie Araucana, un ejemplar centenario  de considerable altura, que se erguía en lo que fuera el jardín de la Casa de Campo, uno de los últimos reductos,  en un  otro tiempo esplendoroso lugar, símbolo  junto con la Casa de nuestro reciente pasado, no pudo salvarse de la furia  del moto-sierra.

A los que preguntamos se nos dio una vaga explicación, que el árbol  estaba enfermo y corría el riesgo de caída, creo que esos mismos argumentos son los que han llevado a la tala del “Pino de la Plaza”. Me hago la  siguiente pregunta ¿porqué no se ha actuado, con la misma diligencia que con nuestras palmeras?, salvándolas de la voracidad del picudo rojo, por cierto no me duelen prendas para reconocer que  en  ese caso concreto nuestra Entidad Local actuó pronto y bien.

El Pino recientemente talado se plantó hace más de treinta años, las generaciones más jóvenes han crecido con él, formaba parte del paisaje de la Plaza, ahora por arte birlibirloque se ha convertido en leña en un abrir y cerrar de ojos para pena de muchos y alegría de pocos , al menos mi amigo Juan Riscos en un excelente vídeo ha inmortalizado el hecho.

A estas alturas de la función, cabe plantearse lo siguiente,¿cuál  será el próximo?
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Nota: Esperemos que por bien de todos, los árboles urbanos se cuiden y si por mala suerte, alguno se pierde, se remplace inmediatamente, a ser posible se planten más 
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¡¡NO APRENDEMOS!! por Jesús Solís
El urbanismo feroz al que estamos sometiendo a nuestros pueblos y ciudades, acompañado de una cultura fanática por el hormigón y el asfalto, nos están llevando a modificar de forma peligrosa, y creo que irremediablemente, la sostenibilidad de nuestros pueblos en perjuicio y detrimento de nuestro propio bienestar.
Está sobradamente demostrado que las crisis de cualquier índole o los periodos “anormales” ponen de manifiesto nuestras carencias y en estos días donde estamos viviendo una de las más fuertes olas de calor que ha azotado nuestro país en los últimos años, estamos comprobando, por desgracia, los efectos de la eliminación de arboleda y zonas verdes de nuestros pueblos y ciudades en detrimento del “adorado hormigón”.
Estamos creando calles sin árboles, construyendo parques infantiles sin árboles, eliminando zonas verdes y sustituyendo clorofila por cemento.
Los beneficios de los árboles para el medio ambiente, para la oxigencación del aire, para la reducción de la contaminación o para evitar la erosión de los terrenos son sobradamente conocidos y están más que explicados. Sin embargo, a todo esto, sería importante añadir que les aseguro que no es lo mismo caminar a cuarenta grados de temperaturas por una calle o avenida sin sombras naturales que por esa misma calle copada y cerrada por la sombra proporcionada por dos hileras de árboles. Por cierto, situación, la de los cuarenta grados, a la que por desgracia vamos a tener que ir acostumbrándonos cada vez con más asiduidad.

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