Hemos robado a Rosa Estorach, de su perfil de Facebook, este relato, a pesar que ella lo titula "Un Relatillo"
UN RELATILLO
Le gustaba estar en casa aunque, a veces, la soledad le pesaba demasiado. Trataba de distraerse con sus labores y todo aquello que lograra ocupar su mente, pero aún así... eran demasiadas horas las que pasaba sola.
Cada vez le costaba más salir, se estaba volviendo algo huraña y no lo podía evitar, así que tenía que hacer un soberano esfuerzo cada vez que necesitaba reponer la despensa.
Precisamente aquel día tocaba ir de compras y, aunque aligeraba para no encontrarse con alguien, se tropezó con una conocida que hacía mucho tiempo que no veía, después de intercambiar los oportunos saludos al ser preguntada cómo estaba, no fue muy explicita,
-"Bueno, tú sabes, estoy sola, yo diría que demasiado sola y no tengo mucho que contar"
-"¡Pero mujer!, tú no sabes ni la suerte que tienes, si supieras como vivo yo...todos los días la casa llena, me vienen a comer todos, mis hijos y mis nietos, ¡un agobio!, no tengo ni un momento para mí, he perdido mi espacio, así que no te quejes que ya quisiera estar yo así"
Intentó contestar pero su interlocutora no tenía intención de oírla porque sólo hablaba ella.
-"Mujer, miralo por el lado bueno: Puedes hacer la comida que quieras y cuando quieras, puedes acostarte y levantarte cuando lo desees, y..."
Soltando una sonora carcajada prosiguió.
-"...si te caes, nadie te verá y por lo tanto nadie se reirá de tu caída, y si enfermas...tampoco habrá quien se percate si tienes o no mala cara...¡Ah! Y, sobre todo, y esto es lo mejor, nadie se entera de cuándo cumples años, que eso sí que es un fastidio"
-"Sí, me imagino, pero yo tengo Facebook"
(Rosa Estorach)
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