sábado, 6 de agosto de 2022

Un delito no resuelto en San Martín del Tesorillo



Volvemos a publicar este post, que data de junio de 2020, mucho antes, había hecho lo mismo el ya desaparecido TIO JIMENO, en su día lo titulamos un caso por resolver, le podemos asegurar, que no hay nada de ficción en el escrito, todo se ajusta a lo que ocurrió en aquel lejano invierno de 1968


Un caso por resolver en San Martín del Tesorillo

No todos los casos policiales se resuelven desgraciadamente, aunque podamos presumir de tener unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad muy efectivas, pero no todas las fechorías cometidas se descubren al o los autores.


En España, tenemos casos relevantes como el Crimen de los Galindos, acontecido en 1975 donde cinco personas fueron asesinadas y los criminales jamás fueron revelados, por cierto ese crimen ya prescribió hace mucho.

El tema tiene que ver con la escatología, para que nos entendamos y perdonen lo directo del lenguaje con las “cagadas”. Hay que remontarse al invierno de 1968, una mañana en los escalones de una determinada vivienda aparecieron restos orgánicos, que una vez examinados concienzudamente resultaron ser de animales de dos patas, cuentan las crónicas que por la cantidad los expendedores de tan desagradable materia tuvieron que ser más de un animal de dos patas , so pena que estuviésemos ante un auténtico glotón, que todo pudo pasar.

La noticia circulo de boca en boca, era la comidilla en las mujeres comprando el pescado, los hombres en el bar, en la carnicería por supuesto que los niños también nos hicimos eco de tan extraño  suceso. No habían pasado más de tres días cuando en otra vivienda en sus escalones depositaron otro presente de idénticas características , esta vez el regalo le toco a un buen hombre, bonachón por naturaleza, buena gente pero un tanto bocazas, esta persona difundió la noticia por doquier, prometiendo que no pararía hasta encontrar a los culpables a los cuales les daría su correspondiente escarmiento, que estaría vigilante para que no fuese otra vez víctima de tan atroz crueldad. ¿Se imaginan lo que ocurrió?, a las pocas fechas esta misma persona recibió otro idéntico presente si cabe aún mayor.

El/ los autores, se convirtieron en cagones en serie, las “majadas” siguieron apareciendo en diferentes domicilios, sin saber qué hilo conductor los unía. El Sargento de la Benemérita a la sazón Comandante de Puesto, un hombre con una brillante hoja de servicios. Se hizo cargo personal de la investigación, ya que los hechos estaban sembrando la alarma en la población y como la mayoría de las deposiciones aparecieron en las residencias de las personas más pudientes e influyentes la presión era aún mayor .

Según investigaciones de este servidor de ustedes, el Jefe del Puesto ideo una estrategia para atrapar a los criminales, a parte de la pareja de uniforme que todas las noches hacia el servicio llamado de correrías, otros guardias y el mismo sargento de paisano, se apostarían en los puntos estratégicos del pueblo y solo era cuestión de tiempo.

Se deduce que el supuesto  cabecilla de la banda era hombre hábil e inteligente, además conocía perfectamente la vida social y los movimientos de la Guardia Civil, emulando al Zorro o el Tulipán Negro desafió a las fuerzas del orden, tuvo la temeridad de perpetrar su delito en la puerta del Cuartel que estaba ubicado en la calle Cuesta, conocido como de los Carabineros, ya que lo fue de ese cuerpo hasta su disolución y posteriormente fue Casa Cuartel de los Guardias que prestaban su servicio en la desaparecida estación de ferrocarriles de Castellar. Ello indigno más si cabe al perspicaz sargento, en su diaria partida de dominó en el Bar Central, a la pregunta de uno de los compañeros de partida que si se atreverían con el Cuartel, a lo que el suboficial sentenció enérgicamente , " No creo que tengan  cojones" , nada más se habló del tema aquella tarde.

A la mañana siguiente,¿a qué se imaginan ustedes donde aparecieron los detritus orgánicos?, pues si, en la puerta de Casa Cuartel de la Guardia Civil de San Martín del Tesorillo, sita calle Larga, tramo calle Real , no pudo caber mayor osadía 

Las acciones delictivas cesaron, los autores de dichos actos quedaron en la más absoluta impunidad, hasta el día de la fecha nada se sabe de ellos.

Si alguien sabe algo puede comunicarlo a este blog, le aseguramos que guardaremos el secreto o si lo desean puede hacerlo desde el anonimato, solo pretendemos resolver un caso que no tuvo resolución en su día. Por cierto si vive algunos de los autores, decidles que según la Ley de Enjuiciamiento Criminal el caso ha prescrito.

1 comentario:

  1. Recuerdo el caso y la osadía fue grande, en aquellos tiempos era peligroso atreverse a tal fechoría, era reírse de la autoridad y eso después de la cárcel podían darle una buena paliza.

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