domingo, 25 de septiembre de 2022

El Cine de las Cañas, por Caroli Segovia Macías

Matrimonio, Alejandro Segovia y María Macías 

 Introducción: Conversando con las hermanas Caroli e Isabel Segovia Macías, se lamentaban no sin razones, como el primer cine, después de aquel que montaran los Larios, en los albores del siglo XX, más que cine como tal, eran proyecciones que los propietarios de la Colonia de San Martín del Tesorillo, les ofrecían a sus trabajadores y colonos. Después de aquella primera experiencia cinematográfica, la primera sala de cine que llegó a Tesorillo, fue gracias al padre de ambas Alejandro Segovia Del Río, su abuelo José Macías y los hijos de este, En señal de desagravio, tratando de hacer justicia, publicamos el siguiente relato, obra de Caroli

El CINE DE LAS CAÑAS:

Voy a contar cómo comenzó el cine en Tesorillo, leo muchas veces historias de nuestro pueblo, y  no sé porqué, ¿ no se escribe nada sobre el Cine de las Cañas?. Siento rabia, ya que a pesar de lo dura que era la vida en aquellos entonces, para mí  fue una época muy bonita , en la cual me sentí muy feliz, junto a mis padres, a los cuales los vi muy ilusionados con el proyecto, con muchas ganas de sacarlo  adelante. 


No recuerdo exactamente el año, fue entorno de 1952 o 53, me inclino mas por el 52. El promotor, a quien se le ocurrió la idea fue a mi padre Alejandro Segovia del Rio, se lo propuso a su suegro, mi abuelo materno José Macías y sus hijos, mis tíos , ellos le dieron su total apoyo. Escogieron el patio de la vivienda de mi tío Antonio Macías y lo unieron al del patio de la vivienda de Juan  Oliva, en la calle Larga, en aquel entonces en la acera de la derecha de la calle Larga dirección Plaza, solo había dos casas construidas 

El perimetro, las paredes exteriores para que nos entendamos, las hicieron de cañas, de ahí el nombre que pronto el pueblo le asignó " Cine de Las Cañas", mas tarde en las noches de invierno, para resguardarse del frio y sobre todo de la lluvia, se cubrió con un gran toldo, la pantalla, una gran pieza de "morcelina". 

Vista de la calle Larga, se puede observar como en un lateral había pocas casas levantadas 


Quiero contarles, recuerdos, anécdotas, a pesar que cuando se inauguró yo era muy pequeña 7 o 8 años como mucho. El primer recuerdo fue, que el generador que surtía luz al cine, lo instalaron en casa de mi tío Antonio, el ruido era infernal, insoportable, tuvieron que bajarlo al sótano, mis tíos mis primos, estaban como locos, aquel ruido no había quien lo soportara . Recuerdo que los encargados del motor fueron Francisco Villar ( Paco el mecánico) y Juanito Díaz que era muy joven, aunque Antonio León,  que tiene ya una edad, nos dice que al principio, el encargado fue un valenciano afincado en Tesorillo.

Para llegar hasta la sala de cine, había que bajar por un barranco, una vez un señor resbaló y llegó hasta la puerta, Constantino Jerez que era el portero, con cierta guasa le espetó, ya que has llegado hasta aquí pasa . La primera imagen que tengo, fue una especie de torre, construida de ladrillos rojos, que luego supe que era donde iba ubicada la maquina encargada de proyectar la película, me impresionó el patio de butacas, yo lo veía enorme, tantas sillas y tan bien colocadas y la enorme pantalla.

Los trabajadores, los que he mencionado antes Paco Villar y Juanito Díaz, Constantino Jerez que era el portero, José Quirós ( Pacurro) el acomodador, el operador en un principio, vino un señor de fuera, no recuerdo su nombre, pero posteriormente hicieron practicas Manolo Gonzalez Cano ( Manolo el ditero ) y Juan Gutiérrez ( Juan El de Lola), que también se encargaba de la iluminación, la encargada de vender las entradas, mi madre María Macías, que aprovecha para hacer piñonate y otros dulces para venderlos . Recuerdo igualmente como había en las primeras filas asientos reservados para las autoridades, el alcalde , Rogelio Blanco, el médico , don Ernesto, el Comandante de Puesto, el párroco, etc. 

Se generaban colas, junto a los vecinos, venían gente de los cortijos, incluso de otras localidades, Castellar, Jimena, en los alrededores, se acumulaban una gran cantidad de caballos y otras cabalgaduras, gracias a eso aprendí el significado que tiene para la gente del espectáculo, la expresión " Mucha mierda", la que producían los caballos, si había mucha, era señal que acudía mucha gente y la recaudación era grande, de ello se encargó de explicármelo mi padre .

Laurel y Hardy. El Gordo y El Flaco 



Continuando con las anécdotas, se pueden imaginar que en las noches de invierno, con paredes de cañas y un toldo como techo, el frio hacía de las suyas, hubo quien  se llevó de su casa una especie de brasero, hecho con una palangana vieja, otros se agenciaron mantas, la cuestión era ver el cine. Una de las canciones que sonaban antes que comenzase la función, la que mas  recuerdo era Maria Cristina me quiere gobernar.

¡ Y las películas!, por supuesto la del Oeste, españolas, como " El Derecho de nacer"," La niña no se vende", " La Lola se va a los puertos" y otras muchas mas que no recuerdo, si me acuerdo de una pareja de actores de lo mas divertido, " El Gordo y El Flaco", Laurel y Hardy , Cantiflas, actrices como Maria Felix, Lola Flores, Carmen Sevilla, y   muchos muchas 

Plano del Cine San Martín, presentado en Cádiz en 1953 

No duró mucho tiempo, no llegaría al par de años. Mi padre junto a su suegro y cuñados, construyeron posiblemente en 1954, al comienzo de la calle Túnel, el Cine San Martín, que fue conocido como cine Macías, un lujoso local para la época, no solo cine, sino también teatro, con camerinos, ambigú, gallinero, hasta un piano, se proyectaron grandes películas, nacionales e internacionales, pasaron por su escenario, grandes figuras del espectáculo de la época, como Juanito Valderrama, Rafael Farina, El Pinto, La Niña Antequera, La Niña de la Puebla y un largo etcétera, pero eso da para otra historia.

Lo que pretendo destacar, que en una época de carencias, incomodidades, penurias, mi familia vino a mitigar todas aquellas penalidades, instalando un cine, con a penas recursos, con todo el respeto, quiero reivindicar el mérito, que tuvo  acometer aquella arriesgada empresa.

Caroli Segovia Macías 




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