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| Foto: Blog de Paqurro |
F. QUIRÓS "PACURRO"
Con majestuosidad, se alza en el Cementerio Municipal, un olivo salvaje o Acebuche ( Olea europaea var.silvestris) , un árbol centenario, símbolo de nuestro campo santo.
En los años 20 del siglo pasado, cuando Tesorillo estaba constituido como colonia agrícola, todavía en manos de Los Larios, se inauguró nuestro actual cementerio, que no fue el primero. El anterior estuvo ubicado en una finca, muy cerca del paraje de Cantarrana, conocida como el Huerto del Sabico
Hay dos versiones de quien lo plantó, la primera es que uno de los colonos de aquel entonces, se le murió un hijo muy joven, sobre su tumba plantó a nuestro acebuche, otra para mi la mas creíble, ya que me lo contaba mi padre, fue un carabinero destinado en Tesorillo, que igualmente se le murió una hija siendo niña, sobre la tumba excavada en la tierra, plantó una vara de olivo, y sentenció diciendo, " Nadie te sacará de ahí " Ahí ha permanecido a lo largo de los años, llegando a alcanzar los seis o siete metros de altura que tiene actualmente
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| Foto: Blog de Paqurro |
El olivo no es una planta que suela adornar los cementerios, al menos los de la zona , sin embargo, en Tesorillo la identificación, olivo y cementerio ha sido total a lo largo del tiempo, tanto que cuando alguien estaba enfermo o con muchos años, la frase popular era " Este o esta, va pronto para el olivo" , inclusive alguna persona con avanzada edad, presagiaba su muerte con la frase " Yo pronto pa el olivo"
Ha sido motivo de estudio de técnicos y de un personaje muy ilustre, nada mas ni nada menos que Felipe González Márquez, Presidente del Gobierno, en el periodo 1982-1996, persona aficionada a la botánica, quiso conocer de primera mano a nuestro olivo, una vez que abandonó la política activa .
Nosotros que nos lamentamos que no nos quedan a penas símbolos del pasado, aquí tenemos uno, cuidémoslo todos, en especial nuestros dirigentes municipales. Ya tuvimos un mal recuerdo, cuando en los 80, se talaron los dos cipreses que adornaban la entrada de nuestro cementerio, que se haga por quién corresponda todo lo posible, que no vuelva a ocurrir algo similar con el olivo salvaje


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