viernes, 3 de noviembre de 2023

Presumir de canas: José Antonio Hernández Guerrero



Presumir de canas
La mayoría de nosotros –si no nos sorprende una enfermedad mortal o un trágico accidente- nos encaminamos con relativa rapidez hacia una dilatada ancianidad. Debería ser normal que nos preguntáramos cómo estamos viviendo o cómo viviremos ese último recorrido que, si lo preparamos con habilidad, con esmero y con sabiduría, podría ser el tiempo adecuado para recuperar oportunidades, para aprender y para emprender los caminos de una longevidad lo más grata posible, para abrir puertas a lo desconocido, para escribir páginas en blanco, para extraer enseñanzas de las dolencias y de las limitaciones físicas y, en resumen, para vivir, para disfrutar y para celebrar lo que nos quede de vida. En contra de la opinión generalizada, el futuro puede ser de los mayores porque, como revelan las estadísticas, los nacimientos están descendiendo mientras que la edad media de vida de los ancianos está aumentando.

Por muchos que nos afanemos nunca lograremos disimular totalmente las marcas corporales del paso del tiempo. A veces lo que conseguimos es engañarnos a nosotros mismos con esas maneras ingenuas de acentuar el inútil rechazo de la vejez. Esos procedimientos, manifestaciones claras de nuestros miedos a parecer lo que somos, son formas de burlar el paso el tiempo empujados por la vieja obsesión de alcanzar la eterna juventud.

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