El día 2 de marzo se lo hemos dedicado a una de esas mujeres que dejan huella en todos los que la conocieron, ella es Ángeles Sánchez Segovia, o también conocida como “Angelita la de la Pepa”.
Delante de su máquina de coser, con su café de media tarde, sus gafas por la mitad de la nariz y la aguja en mano. Pendiente de la olla en el fuego y mimando sus flores mientras correteábamos por la cocina, la terraza o el patio. Su voz todavía resuena por las paredes del Bar Central: “Niño, ¿quieres comer?”, “¿dónde andáis?”. Nuestras voces desde dentro: “¡Abuela, estamos aquí!”. Y esa manera de recibirnos: “¡Ay mi niña!” O “¡Qué guapa estás con ese pelo recogido y esos labios pintados de colores!”.
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