Soy
seguidor del programa de Telecinco “Pasa palabra”, por cierto es de lo poco que
sintonizo con dicha cadena, eso, alguna que otra película la cual empieza
cuando se acuestan las gallinas y termina con el toque de diana, por aquello de
la publicidad y retransmisiones deportivas.
Para nada
quiero cuestionar quien sea asiduo seguidor de otros programas de diferente
calado, cada cual es libre de ver lo que le venga en ganas.
Volviendo
al asunto. Uno de los concursantes que lleva más de sesenta programas
participando aunque es obvio que no ha conseguido completar el rosco, a la
pregunta del presentador que haría con los casi quinientos setenta mil euros de
bote, responde que una partida de ese premio iría destinado a subvencionar a
proyectos de jóvenes investigadores, que no tienen las subvenciones necesarias
para continuar con su investigación.
No queda ahí la cosa, en el día anterior a la
redacción del presente, un nuevo concursante al ser preguntado por la misma
cuestión, manifiesta que colaboraría con una ONG de Jaén, que atiende a niños
desamparados.
Hace ya
algunos meses, un Inspector de Policía que consiguió completar el rosco, donó
gran parte del premio a Caritas. Considero que dicha generosidad no es debido
al programa, simplemente que hay personas buenas en este mundo.
Estamos
todavía atravesando una dura crisis, muchas familias desgraciadamente no tenían,
muchas siguen sin tener prácticamente nada que llevarse a la boca. Ahí
estuvieron para ayudar y al menos facilitar los elementos imprescindibles para el sustento, organizaciones altruistas
como Caritas, Banco de Alimentos, etc.
Eso en el
ámbito casero a nivel internacional, Cruz Roja, Intermón Oxman, Médicos sin
Fronteras, UNICEF y muchas más, luchan
para salvar vidas, combatir la miseria y el hambre, para vergüenza de
los poderes públicos de los estados desarrollados. A Ellos son los que les corresponde
tal misión y no a entidades particulares.
Creo
firmemente que todavía queda gente mucha gente buena en el mundo, afortunadamente. No quiero olvidarme de los
misioneros y misioneras en esos lugares olvidados de Dios, luchando
denostadamente y con peligro de sus vidas, en pro de los más desfavorecidos.
Pero a
pesar del esfuerzo de todas esas personas, no es suficiente, no se concibe que
algo que tiene relativa fácil solución no se realice, que sigan muriendo personas
simplemente por abandono de sus congéneres.
Alguien
dijo, que el ser humano es el único animal que mata al propio de su especie. El
no socorrer a quien lo necesita pudiendo hacerlo, también es una manera de
matar.
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