Mi buen amigo Salvador, ha tenido a bién, confeccionar el siguiente post. Sólo y exclusivamente para este Blog. Cosa por la cual le estoy muy agradecido.
Es un lujo poder contar, con tan excelente pluma.
¿Ya no te gusto?
Me dejas por otro. Lo veía venir.
Quizás no tenga retroceso, pero permíteme
recordarte ciertas cosas.
Hace mucho tiempo que crecimos juntos; vi tu desarrollo, batallando con las
inclemencias día a día, año a año, y yo siempre junto a ti.
Y ahora reniegas de mí.
Hubo un tiempo que sólo tenías ojos para mí,
desarrollando una devoción sin límites; cuidándome, mimándome y contemplando
como yo, tu proeza, tu posesión, te hacía enloquecer de alegría.
Ya no me miras como lo hacías antaño. Ya mi
belleza no estimula tu retina y tus sentidos.
¡Me echarás de menos! Estoy seguro de ello. Sé que
no es la primera vez que me ofertas tu infidelidad.
Tu indiferencia me produce dolor. Ya no me miras,
no me tocas. Ahora somos dos polos que se repelen, aunque mi energía te la
dediqué a ti, y sólo a ti.
Me has dejado sólo, como un vagabundo, asqueado,
nauseabundo y moribundo, ¿no te doy pena, después de toda una vida juntos?
Y lo peor es que me dejas por otro; joven,
esbelto, embaucador, con mucho que ofrecerte y que tú sabrás aprovechar, tanto
hasta empacharte de sus virtudes.
Necesito beber, para poder llorar; necesito
nutrirme, para poder sucumbir con decencia; necesito que mi prole este ausente
para que no sean espectadores de la
sinrazón.
¡Quiero pregonarlo! ¡Te lo digo a ti! Tú que
presumes de ser oriundo de este lugar, por excelencia. Me dejas por el bello,
el innovador, el recién llegado, la alternancia, la novedad, el futuro…
Pero pasará el tiempo y me echarás de menos;
llorarás, blasfemarás y con la garganta seca, deseará que mi esencia, calme tu
negligencia. Cuando esto ocurra, seguro será demasiado tarde.
Voy a decir mi nombre, soy EL NARANJO, soy “el
cornudo”, soy “el hazmerreir”, de
todos.
Pero una cosa debo decirte; ese novedoso y
experimental AGUACATE, tarde más o menos, te será infiel, te engañará, te hará
llorar, .-porque los inviernos son muy
duros.- y cuando esto ocurra, respira muy hondo, porque en el mejor de los
casos, recordarás la esencia del azahar que ambientó tu vida durante tantas
décadas…
Te lo vuelvo a repetir, me echarás de menos y “el
que avisa, no es traidor”… como lo has sido tú,
conmigo.
Fdo.
Salvador Delgado Moya
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