Artículo que Salvador Delgado Moya, ha dedicado a nuestra Raimunda, en el libro de feria.
Quiero dedicar
unas palabras a una persona que podréis encontrar en cualquier calle de este
pueblo, hablando sola o en plena tertulia con cualquier vecino.
Quiero deciros
cuál es la verdadera razón por la que esta persona debe cubrir parte de la
celulosa de este libro.
Pues bien, ella
no posee estudios, ni habilidades expertas, ni máster, ni ha aprobado ningún
tipo de oposiciones para haberlas podido desempeñar a lo largo de su vida.
Ella, lo único
que posee, a mi parecer, es la convicción lógica, cegada y manifiesta del amor
que derrocha por su pueblo, por su gente, por su equipo y por sus colores; esos
que la hacen vibrar con un entusiasmo incondicional, perpetrando alaridos devotos
y consecuentes por la ilusión.
Quiero destacar
su disponibilidad, su dedicación, su aportación. Un ser tan concienzudo con los
menesteres que considera primordiales y principales para los motivos que los defiende
a capa y espada. Es completamente altruista, sin ser condicionada por nada, ni
por nadie.
Su labor se rige
por unos parámetros que habría que analizar en profundidad, porque toda ella es
un cóctel de obcecación, dedicación, compromiso e incondicionalidad, derivado
todo ello, de la perseverancia de lo que ama y defiende.
Algunas veces
estas convulsionada por la ilusión, por el amor, por la obligación, por tus
colores, por tu gente, por tu” Era” y por tu pueblo. Por tu destino y por la
lucha de tu familia, que hace que ese cuerpo menudo, esa voz medio ronca, esos
ojos pequeños y avispados, esos andares sin una parsimonia definida, todo ese
conjunto te hagan grande, muy grande, magnificando todo tu ser.
Eres el icono de
la lucha, del sufrimiento, de la dedicación, pero tienes una cualidad con la
que puedes soportar cualquier situación, y no es otra que tu sonrisa, tus
valores, tus prioridades y tu idiosincrasia en defensa de tus raíces, con unas
intenciones claras e impolutas.
Quizás algunas
veces tus palabras no tengan coherencia, pero sí, tus actos. Desde aquí mi más
sincero reconocimiento por “ser” un icono de Tesorillo, por “estar” donde te
demandan, cuando y como sea y sobre todo por “amar” a tu Unión Deportiva, a su gente, a tu familia y sobre todo a tu pueblo.
Tu sangre es roja,
tu espíritu es amarillo y tu alma es azul.
Sigue así, no
cambies nunca, porque aunque tú no
logres cuantificar el alcance de tus actos y tus palabras, seguro que haces
feliz a mucha gente.
Gracias
RAIMUNDA BENÍTEZ MELENDEZ.
Gracias RAI.
Fdo. Salvador Delgado Moya
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