El jueves 29 de junio, comenzarán las fiestas patronales, en San Pablo
de Buceite. Coincidiendo con esa festividad, he tenido a bien dedicar a esa
estupenda población, este escrito de un tesorillero agradecido.
Ya me gustaría tener el verso
de Cristóbal Moreno, El Pipeta. Los sentimientos y riqueza lingüística de
Salvador Delgado, El Moya. El conocimiento y rigor histórico de Andrés Beffa, El Bigotes, o el
ingenio poético de Antonio Corbacho, El Niño del Corchado, para plasmar mis
sentimientos. De paso, enaltecer y dignificar como se merece Buceite.
Pero dentro de mis limitaciones
literarias, trataré lo mejor que pueda
expresar en este texto mis sensaciones para con San
Pablo.
No me preocupa para nada, que
puedan acusarme de halagador, lisonjero, cobista, obsequioso o pelota. A mis
años no tengo que demostrar nada a nadie.
Dicho esto, a San Pablo de Buceite, a sus gentes, le
proceso un enorme cariño y afecto. ¿Por qué?, se preguntarán.
Puede que por su similitud con Tesorillo, mi población de origen y
residencia. Recordar que ambas
poblaciones, surgieron al constituirse dos colonias agrícolas a finales
del siglo XIX, fundada por los Marqueses de Larios. Son muchas las
coincidencias entre Buceite y Tesorillo.
Puede que por el trato
exquisito que me dispensaron y continúan sus habitantes, tanto en mi faceta
profesional como personal.
Gentes que solo me conocían de
vista, se dirigían a mí, como si de un
conocido se tratara. Frases como “Hoy ha tocado aquí”. “Como estamos”, o simplemente un Buenas tardes acompañado de una amplia
sonrisa. Te regalaban un trato cercano y amable, haciéndote ver que eras bienvenido a una población que
evidentemente no era la tuya.
No tenías más que solicitar un favor a un sampableño, para
que hiciese todo lo posible por corresponderte. Un vehículo que estorbarse para
algún evento festivo o religioso, solo tenias que preguntar si conocían al
propietario. Se desvivían por encontrarlo. En una ocasión, fueron a localizarlo
en medio de una misa solemne.
He manifestado muchas veces en público, sin cortarme un pelo y asumo
que pueda de manera un tanto irreflexiva. Que las mejores gentes del
término se encontraban en San Pablo. Eso lo dice un tesorillero, cuya condición
de tesorillero, lo lleva de forma casi visceral o sin el casi.
Testigos de mis palabras, hay
muchos, pero quiero señalar a dos
sampableños, muy significativos dentro de la vida social de Buceite. Manuel
Delgado (Manolo El Municipal) y Primitiva Medina (Primi la Trabajadora Social), ellos pueden dar fe de
lo relatado . Personas cuya fiabilidad no admite duda alguna.
Para nada he pretendido crear
un agravio, con las restantes poblaciones del término. Recurriendo al dicho
popular, “En todas partes cuecen habas” y San Pablo no va a ser una excepción.
En general me han tratado muy bien en todos
los núcleos de nuestro término municipal, pero en San Pablo palpaba algo
especial, que no sé cómo definir.
Termino dando las gracias a
todas las gentes de esa bendita localidad, por el trato dispensado, estoy en condiciones de asegurar sin miedo a equivocarme, que nunca me
sentí forastero entre vosotros.
Gracias Buceite. Un fraternal abrazo San Pablo.
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