Tal día como hoy hace cinco años, en el ya desaparecido "Tio Jimeno", publicaba el siguiente relato. Juzguen ustedes
No deja de ser paradójico que San Martín del Tesorillo, zona de estupendos naranjales por tanto lugar con una rica y abundante arboleda, donde se crían (a fuerza de ser repetitivo) las mejores naranjas del mundo, tenga una actitud cicatera con los árboles ornamentales. Me explico.
Recuerdo que hace muchos años cuando era un niño en nuestra Plaza había dos grandes castaños salvajes, que entre otras cosas daban sombras en el periodo de calor, servía de cobijo para vendedores ambulantes etc., a la vez que embellecían el lugar.
Creo recordar que en la década de los sesentas talaron el primero, al menos quedo uno, pero años después correría la misma suerte su compañero, la historia continua con la eliminación de los dos cipreses que se alzaban majestuosamente a la entrada de nuestro cementerio municipal, por aquel entonces ya había llegado la democracia, los argumentos esgrimidos sin ningún tipo de estudio u opinión de expertos, fueron que corrían el peligro que cayeran e impactaran contra los nichos.
Cada cierto tiempo como una especie de maldición, la tala continuaba, le tocó el turno a los castaños que crecieron al borde de la carretera que nos une con Montenegral, cada vez quedaba menos leña que cortar.
Pero he ahí que ya en el nuevo siglo, un pino de la especie Araucana, un ejemplar centenario de considerable altura, que se erguía en lo que fuera el jardín de la Casa de Campo, uno de los últimos reductos, en un otro tiempo esplendoroso lugar, símbolo junto con la Casa de nuestro reciente pasado, no pudo salvarse de la furia del moto-sierra.
A los que preguntamos se nos dio una vaga explicación, que el árbol estaba enfermo y corría el riesgo de caída, creo que esos mismos argumentos son los que han llevado a la tala del “Pino de la Plaza”. Me hago la siguiente pregunta ¿porqué no se ha actuado, con la misma diligencia que con nuestras palmeras?, salvándolas de la voracidad del picudo rojo, por cierto no me duelen prendas para reconocer que en ese caso concreto nuestra Entidad Local actuó pronto y bien.
El Pino recientemente talado se plantó hace más de treinta años, las generaciones más jóvenes han crecido con él, formaba parte del paisaje de la Plaza, ahora por arte birlibirloque se ha convertido en leña en un abrir y cerrar de ojos para pena de muchos y alegría de pocos , al menos mi amigo Juan Riscos en un excelente vídeo ha inmortalizado el hecho.
A estas alturas de la función, cabe plantearse lo siguiente,¿cuál será el próximo?
Les adjunto el vídeo de Juan Riscos, un magnífico documento
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