Como están próximas las primeras comuniones, les traigo aquí el siguiente relato:
Estas dos fotos, subidas a la página de Facebook, Quiero a Tesorillo, por Ernesto Caldelas Lobo. Un señor que tiene ascendencia tesorillera, es nieto del que fuera durante muchos años médico titular de la localidad, don Ernersto Lobo, que terminó por afincarse en nuestro pueblo, quedando asentado para siempre el apellido Lobo, en San Martín del Tesorillo.
Las fotos datan de los años cincuenta, una tiene la fecha exacta 1955, la otra es seguro el año siguiente o muy aproximado. Ya que se observa el mismo sacerdote, Salvador Atacho.
Vemos la calle Real, por aquel entonces la más principal, por supuesto desprovistas de vehículos a motor, solo una caballería atada a una de las palmeras.
Se puede deducir que la concentración de los niños y niñas de comunión sería casi con toda seguridad, en la puerta de la Casita de Campo, para partir desde ahí en procesión hasta la iglesia parroquial.
Vean como todos miran a la cámara fotográfica, algunos con sonrisa de satisfacción, que te fotografiasen en los años cincuenta era algo extraordinario, sobre todo para personas humildes como la mayoría que aparecen en la instantánea, con salvedades como todo en la vida.
Nada tienen que ver la celebraciones de aquellos años, con los actuales, si es que hubo celebración claro está. Todo lo más visitar a los familiares y allegado , entregarle la recordatoria y esperar la propina.
Les cuento y es verídico. Un señor que se ha distinguido siempre por su amor al dinero, lo catalogariamos como de agarrado. Fue desde Tesorillo a Guadiaro, andando vestido de comunión, a visitar a un familiar, ya que esperaba como así fue una buena cantidad, veinticinco pesetas (cinco duros) de las de antes.
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