Ayer en nuestra localidad, sucedió un episodio de violencia. Donde un ciudadano, una buena persona , fue agredido por un individuo , con las facultades mentales alteradas. Sin mediar palabra alguna
Afortunadamente, no hay que lamentar una desgracia, pero pudo ocurrir. El agresor, después de propinar un puñetazo que hizo caer al suelo al agredido, propinando una patada en el suelo, amenazó con un cuchillo jamonero, a otra persona que salió en su defensa . La suerte es que una patrulla de la Policía Local, andaba cerca,reduciéndolo. Los agentes se tuvieron que emplear a fondo para poder detenerle.
Esta persona es una víctima más de su enfermedad. Totalmente asociable, viviendo de manera inmunda, sucio, carente de cualquier tipo de higiene . Su familia, no ha tenido otra que abandonarle a su suerte. Es más digno de lástima que de otra cosa.
Tiene un largo historial de violencia, desde hace más de veinte años. Pirónamo, violencia en el ámbito familiar, condenado a varios años de prisión, internado en un módulo psiquiátrico, por agresión con arma blanca, un sinfín de pequeñas agresiones, intimidaciones, amenazas y un largo etc.
Esa persona necesita medicarse frecuentemente, pero no hay nadie que le obligue a ello. De ahí sus trastornos. Estamos de acuerdo, que necesita ayuda, que no es cuestión de fusilarlo en la plaza pública, lo digo de manera metafórica.
Dicho esto, el resto de la población, no tenemos porque soportar su violencia. Nosotros también tenemos nuestros derechos, a la seguridad,a la normal convivencia.
Los poderes públicos parecen que miran para otro lado , con este tipo de enfermo. Con esos antecedentes, está más que demostrado, que no puede estar normalmente entre personas, de bien.
En 1986, el gobierno de turno afronta la Reforma Sanitaria. Fruto de ella, fue el cierre de los antiguos e inhumanos manicomios. Pero no crearon alternativa alguna para este tipo de pacientes. En la comarca hay unas treinta y tantas plazas en el Hospital Punta Europa de Algeciras, insuficiente a todas luces-
Resultado, no se sabe hacer con ellos. Si son agresivos,hasta que no hagan algo muy gordo, camparán a sus anchas.
Las fuerzas y cuerpos de seguridad, podrán detenerle, en un par de días a la calle, hasta que lleve a cabo otra tropelía.
En este preciso caso del que hablamos, en honor a la verdad, está en proceso por fin su in habilitación jurídica. Proceso lento y farragoso, estamos en un país muy garantista, demasiado para ciertas situaciones, que necesitan más premura.
No nos extraña, cuando se oye una y otra vez. Las autoridades, están esperando , que haga algo que no tenga remedio, entonces actuarán .
Los derechos son para todos, trastornados y cuerdos
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